Hubo un tiempo en que Laudio se vanagloriaba de organizar las fiestas más largas de Euskal Herria, con hasta quince días. Si aquello se antojó insostenible, parece que para cada vez más laudioarras, la fórmula de separar las fiestas en dos tramos, del 15 al 17 y del 22 al 26, tampoco está dando los resultados esperados. El debate ya se planteó el pasado año, éste vuelve a salir a la palestra y de cara al próximo, cuando las fechas se aventuran más problemáticas, cobrará de nuevo actualidad.

Entre tanto, lo que no está sujeto a modificaciones es que, tras el pregón de ayer a cargo de la Cofradía Nuestro Señor de San Roque, a mediodía de hoy, desde el balcón consistorial, y si les deja parte del público, será lanzado el chupinazo. Y decimos que si les dejan porque el año pasado, el ya habitual lanzamiento de harina, huevos, tomates y demás deslució un inició de fiestas del que no se salvó ni el pregonero, el cineasta local Kepa Sojo, que apenas tuvo tiempo de prender la mecha del cohete protegido por un escudo policial, lo mismo que el alcalde, Jon Karla Menoio. Lo que nació en su día como una protesta de tinte político, hoy ha perdido aquel cariz.

Concurso gastronómico

Pase lo que pase, al chupinazo le seguirá la tradicional kalejira por las calles del centro del municipio, los baldes de agua y tres días de fiesta por delante. Las principales citas a no perderse serán los fuegos artificiales de Astondoa, esta noche; el concierto de Skalariak, mañana; y la XXX edición del Concurso Gastronómico de Rakataplá, el viernes, día que está dedicado a los mayores y por la noche acogerá una fiesta tropical. Y a esperar al 22 para retomar la fiesta.