Navarra «es tema de Estado» para el PSOE. Así lo reconoció ayer la secretaria de Política Autonómica y Relaciones Institucionales del partido, Carmen Hermosín. No es una figura cualquiera. En el proceso culminado con la reelección de Miguel Sanz como presidente navarro gracias los votos del PSN, la voz cantante la ha llevado el secretario de Organización del PSOE, José Blanco. Pero Hermosín ha ido adelantando algunas decisiones, como la finalmente adoptada de dar la espalda a un ejecutivo alternativo con Nafarroa Bai e IUN, y fue también la persona que la semana pasada remarcó que los dirigentes del PSN sabían «desde el primer día» que el PSOE no autorizaría un nuevo gobierno.

En declaraciones a la emisora Punto Radio, Hermosín trató de explicar por qué no se ha permitido en Nafarroa lo que sí se ha hecho en Catalunya o Galicia, donde el PSC y el PSG gobiernan con ERC o BNG respectivamente. «Aunque el PSOE no apoya siempre al partido más votado, lo más razonable en Navarra era que UPN formase gobierno», dijo Hermosín, que argumentó que eso fomenta la «estabilidad» en este herrialde.

Sin cálculo electoral

La secretaria de Política Autonómica del PSOE insistió en que Nafarroa no puede equipararse con las dos comunidades citadas, porque «no son las mismas circunstancias». Y en este punto Carmen Hermosín no dudó incluso en afirmar que lo decisivo para Ferraz no ha sido siquiera el cálculo de los perjuicios electorales que hubiera podido acarrear un pacto con NaBai e IUN a nivel estatal (como sostienen fuerzas como el PNV), sino la consideración de que Navarra «es un tema de Estado». El objetivo en esta coyuntura política, apostilló, era salvaguardar la necesidad de «mayor tranquilidad y entendimiento».

A partir de ahora, ejecutada ya la decisión de mantener a Miguel Sanz al frente del Ejecutivo, el PSOE insiste en vender la tesis de que ha conseguido moderar a UPN. Al respecto, Hermosín le recordó ayer al mandatario reelegido que no tiene mayoría absoluta y «deberá cambiar su actitud y su modo de gobernar».

«Es bueno para Navarra que haya mejor convivencia entre todos para recuperar un clima de entendimiento y de diálogo», añadió Hermosín. Sus explicaciones van más allá de las ofrecidas por José Blanco el día en que anunció la orden de abstenerse en la investidura; entonces se limitó a decir que no había condiciones para conformar este gobierno a tres bandas.

Zapatero: «Navarra es de todos»

La idea trasladada por Hermosín ya ha sido expresada con otras palabras por José Luis Rodríguez Zapatero, líder del Gobierno español y del PSOE, en varias ocasiones. La pasada semana volvió a repetir el latiguillo de que «Navarra es de todos», dejando claro que consi- dera justificado que las decisiones sobre su futuro se tomen en el marco estatal.

Zapatero, que hizo ayer un alto sus vacaciones para ofrecer un mitin en la localidad gaditana de Jerez en el que no habló de Nafarroa, expresó algo similar en su única visita a Iruñea, el pasado 29 de abril. En un mitin ofrecido en el Baluarte junto al entonces candidato a la Presidencia Fernando Puras, el inquilino de La Moncloa afirmó que «los navarros ya han dicho lo que quieren ser en el marco de la Constitución española».

«Si me preguntan, yo digo: `Navarra está bien como está'», argumentó entonces Zapatero, que añadió que «tenéis la suerte de ser una comunidad singular, y eso es algo que merece la pena defender apelando a la tolerancia y a la convivencia».

Sanz, comprensivo con el PSN

Las loas a la «estabilidad» lanzadas por el PSOE tienen su correspondencia en el discurso del líder de UPN, que ayer reiteró en Onda Cero que no tiene intención de profundizar en la crisis interna del PSN, sino todo lo contrario.

Como hizo el sábado, inmediatamente después de ser investido como presidente con los votos blancos y abstenciones del PSN, Sanz recalcó que «Navarra necesita un PSN firme para la defensa de la identidad de la comunidad». Al hilo de ello, reiteró que no tiene intención de disolver el Parlamento y adelantar las elecciones -lo que podría provocar una brusca caída del PSN-, puesto que considera que esta opción sólo se debe tomar en situaciones «excepcionales».

En cualquier caso, avisó de que podría recurrir a ello si no tiene votos suficientes para sacar adelante los presupuestos, cuestión que se tendrá que comenzar a abordar en pocos meses, porque entonces consideraría que «no existe voluntad en el PSN para sacar adelante la comunidad y seguir en la senda del bienestar».

Tras lanzar esta amenaza velada, Sanz volvió a cambiar el tono y prometió una buena relación con el secretario general del PSN, Carlos Chivite. En este contexto, apuntó que ésta no habría sido tan estrecha con el candidato frustrado a la Presidencia, Fernando Puras, porque «su trayectoria última ha roto los esquemas». Por el contrario, estimó de Carlos Chivite que «tiene coraje para quedarse en el PSN y solventar la crisis», que «todavía existe».

El PSN trata de canjear su apoyo a Sanz por muestras de distanciamiento de UPN respecto al PP. Preguntado por ello en la misma entrevista, Miguel Sanz estimó que el PP «no me complicará la vida» porque «siempre ha sido respetuoso con la actuación de UPN y así seguirá siendo».

Llamazares ve «renuncia»

Desde las filas de IU, su máximo dirigente, Gaspar Llamazares, también hace una lectura de lo sucedido en clave de cuestión de Estado. Con la decisión final sobre Nafarroa, entiende que Zapatero «renuncia a la normalización política de Euskadi y Navarra y a un cambio en el modelo de Estado».

Frente a esta decisión de fondo, Llamazares defendió en Gijón que «no es momento de renunciar a los cambios», sino de impulsarlos. Mostró su temor de que el PSOE haya decidido instalarse en este tipo de políticas para tratar de mejorar sus expectativas electorales. Y, así las cosas, opinó que la próxima campaña electoral estatal puede resultar «confusa». «Las próximas elecciones se ganan movilizando a la izquierda y no desde políticas de centro», hizo ver el líder de IU a Zapatero y al PSOE en su conjunto.

Por su parte, anunció que la formación que lidera llevará a cabo ahora «una oposición constructiva, pero muy exigente». IUN ha acogido con notable enfado la resolución final del caso, y especialmente el hecho de que se produjera una «negociación paralela» entre PSOE y PP al mismo tiempo que el PSN hablaba «con luz y taquígrafos» con NaBai e IUN, según los términos del discurso realizado en la investidura por su coordinador en Nafarroa, Ion Erro.

El desenlace del proceso de formación de gobierno en Nafarroa puede tener influencia en los apoyos a Zapatero de las dos formaciones a las que finalmente el PSOE ha cerrado la puerta del Gobierno navarro. Llamazares afirmó en su comparecencia de ayer que la próxima negociación presupuestaria «será dura». Y Uxue Barkos, la diputada de NaBai, también ha situado en este espacio la posibilidad de que la coalición se desmarque de Rodríguez Zapatero, aunque ve prematuro especular sobre si volverían a dar su voto al candidato del PSOE si lo necesitara en la investidura tras el próximo paso por las urnas.