«Una operación militar contra el PKK no tendría beneficio para Ankara»
El responsable del área de prensa del Partido de la Sociedad Democrática (DTP) en Diyarbakir, la capital de Kurdistán norte, Hilmi Aydogdu, considera que el AKP, partido que ha renovado su mandato en el Gobierno de Turquía, «tiene el poder para hacer cambios positivos», aunque puntualiza que «la duda es si se atreverá a hacerlos».
¿Cuáles son las prioridades con las que los diputados kurdos acuden al Parlamento de Ankara?
En primer lugar nuestro objetivo es la paz, resolver la cuestión kurda por vías pacíficas, democráticas. Queremos transformar la actual situación de emergencia en la que vivimos en una situación normal. Queremos discutir el problema kurdo en el Parlamento, empezar a hablar de ello como primer paso para su resolución. Para lograrlo, consideramos que es prioritario que se retome el proceso de incorporación de Turquía a la UE. El cumplimiento, exigido por Europa, de los criterios de Copenhague incluye el reconocimiento y respeto de los derechos individuales. El problema es que la cuestión kurda no se resuelve sólo con los derechos individuales. Así que esperamos que Europa también facilite la resolución de estos problemas de identidad.
¿Cómo valora los resultados que los candidatos independientes kurdos lograron en las elecciones del 22 de julio pasado a la Gran Asamblea turca? Ustedes esperaban obtener una treintena de diputados y al final se han quedado con veinte.
No podemos decir que ha sido un desastre, pero sí que no hemos sabido transmitir a nuestros votantes, a nuestra sociedad, las mismas esperanzas que nosotros teníamos en estas elecciones. Hemos tenido muchos problemas. Por ejemplo, durante el verano muchos electores se van a trabajar a otras ciudades, y decidieron que no era importante desplazarse para votar. Pienso, además, que no hemos establecido la conexión suficiente con la gente que fue evacuada forzosamente por el Ejército turco de sus pueblos durante los años noventa y emigró a las ciudades; estas elecciones nos lo han demostrado. Nuestra sociedad nos ha dado un mensaje, que hemos recogido, así que nos organizaremos mejor para mejorar la conexión con nuestro pueblo.
No obstante, han logrado constituir un grupo parlamentario propio. ¿Puede éste grupo ser clave en algunas votaciones?
Nuestro rol como partido clave no lo será tanto por las votaciones, sino porque propondremos soluciones a los problemas que surjan y, por supuesto, apoyaremos los cambios que se quieran hacer en la Constitución para eliminar las leyes antidemocráticas. Tenemos previsto elaborar un mapa de ruta para abordar la cuestión kurda y llevarlo al Gobierno, a todos los partidos y también a las organizaciones que no están representadas en el Parlamento.
¿Considera que la victoria abrumadora del AKP puede facilitar la democratización de Turquía?
Efectivamente, el AKP ha salido muy reforzado de las elecciones, por lo que tiene poder para hacer grandes cambios, cambios positivos en el ámbito social y para convertir Turquía en un Estado democrático de primera clase. La gente le ha dado el derecho a impulsar esos cambios. La duda es si el AKP será lo suficientemente valiente para hacerlos. Un problema añadido es que los cambios en las leyes sean aceptados por otros órganos, como los judiciales.
Uno de los aspectos que centró la campaña electoral fue la posibilidad de una gran operación militar contra las bases del PKK en Kurdistán sur, al otro lado de la frontera. ¿Qué posibilidades existen de que se emprenda esta operación?
Hace ya más de veinte años que hay enfrentamientos armados en esta zona, y durante todo este tiempo el Ejército turco ha hecho hasta 22 operaciones de cruzar la frontera, y el resultado siempre es el mismo: una nueva operación no resolverá nada porque el problema continuará allí. Sólo el Ejército quiere esa operación y, precisamente, el hecho que el AKP haya mostrado reticencias a emprenderla le ha hecho ganar votos en las elecciones del 22 de julio. No sé si habrá esa operación, pues aún está en la agenda política turca; lo que sé es que, si se hace, Turquía resultará perjudicada. Ni los países de la zona, ni EEUU ni Europa la apoyarán, así que Turquía se quedará sola y no obtendrá ningún beneficio.
Hay analistas que aseguran que el objetivo último de esa operación no serían las bases del PKK, sino ponerle las cosas más difíciles al gobierno regional kurdo en Irak. ¿Comparte éste punto de vista?
Sí, ese análisis es correcto. El ataque contra las bases del PKK sería sólo la excusa. El Estado turco teme las consecuencias que puede desencadenar ese gobierno en el resto de kurdos que vivimos en otros estados. El gobierno regional en Irak es una situación nueva para los kurdos; no es la primera vez en la historia que tenemos un gobierno de estas características, pero es el que está durando más y, efectivamente, sus actividades diplomáticas pueden tener consecuencias positivas para los derechos de todos los kurdos.
Laia ALTARRIBA