El segundo máximo goleador de la Liga portuguesa durante la pasada campaña ya es de Osasuna. Eduardo Fernandes Pereira, conocido futbolísticamente como Dady, será la séptima incorporación rojilla para reforzar el equipo de cara a la próxima temporada, en este caso la parcela atacante.

Tras plantarse el jugador ante el que hasta ayer era su club, Os Belenenses, y amenazar con poner en la sede de la Liga lusa los 3,5 millones de euros de su cláusula de penalización, fue una delegación rojilla encabezada por el presidente, Patxi Izco, la que resolvió la enredada situación del fichaje del delantero africano.

Ambos clubes se pusieron de acuerdo en el precio final por el traspaso del futbolista -los últimos rumores hablaban de 3,5 millones de euros y un 10% de un futuro traspaso para el Os Belenenses-, pacto que fue hecho público por las dos entidades, sin que ninguna de ellas evaluara el montante final de la operación.

Una vez formalizado el principio de acuerdo, el jugador caboverdiano, pero con pasaporte portugués, ya se desplazó hasta Iruñea en la mañana de ayer para terminar de formalizar los últimos flecos de su futuro contrato. De este modo, declaró a la página web del club que significaba «un gran orgullo fichar por Osasuna» y que «tenía muchas ganas de venir aquí. Ahora quiero ayudar a conseguir los objetivos del club para este año».

Dady era un jugador muy apetecido por los responsables técnicos de Osasuna, que han visto en él un atacante con unas características muy diferentes a los que actualmente están en la plantilla y que puede complementarse a la perfección.

De hecho, los dirigentes rojillos ya pusieron toda la carne en el asador a lo largo de la pasada semana, ya que mantuvieron un contacto con sus homónimos portugueses durante la celebración del torneo Teresa Herrera, en el que participó el club luso.

Dady es un delantero de gran envergadura, lo que no es óbice para que destaque por su calidad y rapidez. Firmó una quincena de goles, entre Liga y Copa, la pasada temporada.