Enfermeras
C.L.A. No somos ángeles» es el nombre de una serie y un síntoma inequívoco de una grandilocuencia sobrenatural y de unas ganas de confundir que después se traduce en parte de sus contenidos y sus formas. Se estrenó en Antena 3 la noche del lunes y es una serie de enfermeras con médicos, o viceversa. Es decir, es una serie más de hospitales, urgencias, casos clínicos, historias personales cruzadas. Batas blancas, trajes azules, rosas y verdes. Una serie más de esa mina televisiva, y que no parece aportar absolutamente nada relevante al género, ni en los guiones, ni en el tratamiento formal, ni en las interpretaciones.
Aunque se presentó en horario estelar para probarla, su destino es la tarde de la temporada que empieza en setiembre, y en ese territorio, en esa franja horaria. Lo que parece más que evidente es que recurrirán cada vez más a asuntos de relaciones, se acercarán más al culebrón, a los amores y desamores entre la clase médica, dejando los asuntos clínicos en un segundo término aunque los irán colocando para que se sustente el formato y para que los términos que hemos aprendido en otras series mayores nos intenten contextualizar en otro ámbito que no es el que se desenvuelve este nuevo proyecto. Como se entenderá, colocada en horario de protección infantil esta serie chirría, pero una cosa son las declaraciones de buena voluntad y otra la lucha desesperada por la audiencia que se avecina y que se predice será muy dura en los próximos meses.
Pero queda claro que molan las enfermeras. Entre policías, enfermeras, médicos y abogados vamos surfeando por las programaciones cogiendo las olas altas y los remolinos. Estas son las profesiones que prevalecen en las series que intentan alejarse de la etiqueta de culebrones, donde lo que se ve son profesiones más conspicuas. Todo nos indica que se trata de seguir las modas, de que cuando se ve un éxito se intenta seguir su estela sin ponerse a pensar sobre los ingredientes de la fórmula triunfadora. Simplemente se copian el color de las batas. Enfermeras y cuidados intensivos necesitaremos al comprobar la manera en la que crece la aceptación, es decir la audiencia, de «Escenas de matrimonio».