Alerta por el Dean
El huracán se debilitó en Yucatán, a donde llegó con su máxima fuerza
Tras entrar en tierra mexicana, por la península de Yucatán, como un huracán de categoría 5, con vientos sostenidos de 260 kilómetros por hora y rachas de 315 kilómetros por hora, Dean, que ha causado al menos doce muertos en el Caribe, fue perdiendo intensidad en su camino y bajó hasta la categoría 1, con vientos máximos de 140 kilómetros por hora. El Centro Nacional de Huracanes advierte que puede fortalecerse al llegar a las cálidas aguas del Golfo de México.
GARA | CHETUMAL
Dean impactó de madrugada en la península de Yucatán como un poderoso huracán de categoría cinco en la escala Saffir-Simpson, la máxima, con una intensidad «potencialmente catastrófica», al estar acompañado de intensas lluvias, vientos de 270 kilómetros por hora y rachas superiores a los 325, según constató el Centro Nacional de Huracanes de EEUU (CNH).
En su avance fue perdiendo intensidad, al bajar sus vientos máximos a 165 kilómetros por hora, potencia que seguía caracterizando como un huracán muy peligroso. En su boletín de las 15.00 GMT, los meteorólogos del CNH indicaron que Dean fue degradado a huracán de categoría dos en la escala de intensidad Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, pero advirtieron que podría fortalecerse al salir a las aguas cálidas del Golfo de México, antes de impactar en las costas continentales mexicanas. A su paso por el Caribe ha provocado la muerte de al menos doce personas.
Dean es el primer huracán de la temporada 2007 en el océano Atlántico y el primero en tres décadas en afectar a México con vientos de categoría 5 en un mes de agosto. Ayer entró en el país centroamericano por Quintana Roo, el estado más turístico. El gobernador de ese Estado, Félix González Canto, relató en directo en una emisora de radio el paso del ciclón por su capital. «En este momento (06.00 hora local, 11.00 GMT) estamos los que vivimos en Chetumal prácticamente en la mitad del huracán, sintiendo los efectos. Estamos con vientos sostenidos de más de 250 kilómetros por hora», detalló González Canto a W-Radio.
«Reportan parte de la ciudad sin energía eléctrica, con postes caídos y muchos árboles tirados», agregó el mandatario estatal, quien se encuentraba esa ciudad de 160.000 habitantes. De ellos, unos 20.000 que se encontraban en las zonas bajas de la urbe fueron trasladados a refugios montados ex profeso.
«Afortunadamente en los números de emergencia de la zona, en el 066, que sigue operando, porque la comunicación telefónica no se ha caído, no hemos recibido al momento ningún reporte grave, algún falleci- miento o emergencia que implique vidas», apuntó.
«Lo que sí tuvimos fueron reportes de peticiones de salvamento, de evacuación, ninguna de ellas grave o con riesgo para la vida de personas», añadió.
En los estados de Quintana Roo y Yucatán se montaron un total de 1.880 refugios temporales en escuelas y edificios públicos más seguros que las endebles viviendas de muchos de los pobladores, la gran mayoría indígenas mayas. Muchos de ellos prefirieron permanecer en su localidad y amarrar con cuerdas sus precarias viviendas ante el arribo del huracán.
Ocho horas de fuerte viento
El potente viento que acompañó al huracán comenzó a remitir en Chetumal tras ocho horas de fuerte embestida. Al anochecer en Euskal Herria, la población continuaba en refugios y en sus hogares por recomendación de la autoridad local. No era posible transitar por las calles de la ciudad, porque muchas estaban anegadas y la lluvia seguía cayendo de forma torrencial, aunque el viento ha bía amainado.
El Servicio Mexicano de Meteorología señaló que el huracán puede causar mareas de hasta cinco metros con olas de más de diez metros de altura. Las autoridades temían que las fuertes lluvias y mareas inundaran zonas situadas bajo el nivel del mar, de donde se había evacuado a la población.
Chetumal, situada a unos 330 kilómetros al sur de Cancún, se encuentra en uno de los cuatro municipios del estado de Quintana Roo declarados el lunes en peligro máximo.
El área que podría verse afectada por el huracán se extiende desde las ruinas costeras de Tulum hacia la población turística de Mahahual, más al sur, donde las autoridades evacuaron a cientos de turistas. Entre ambas se encuentra una reserva natural de un millón de hectáreas llamada Sian Kaan, con una red de canales mayas de 1.200 años.
Antropólogos del Gobierno mexicano indicaron que estaban preparando trece sitios arqueológicos para soportar el embate de la tormenta, al podar árboles y retirar letreros y vegetación que los potentes vientos pueden convertir en proyectiles dañinos.
El presidente de México, Felipe Calderón, adelantó su regreso de Montebello, en Quebec, donde participó en una cumbre tripartita con EEUU para tratar asuntos como la inmigración, el cambio climático y los acuerdos de cooperación. Tenía prevista su vuelta hoy, pero canceló la visita oficial después de la reunión con los presidentes estadounidense y canadiense, Geor- ge W. Bush y Stephen Harper, respectivamente, para visitar las zonas afectadas por Dean.
A última hora de la noche en Euskal Herria, Dean atravesaba Yucatán en dirección a Campeche, la localidad costera por la que saldrá al Golfo de México, donde se espera que aumente nuevamente de intensidad hasta llegar al estado de Veracruz, el punto por el que se prevé penetre de nuevo en tierra. En ese Estado, la empresa pública Petróleos Mexicanos (Pemex) evacuó otras siete plataformas petroleras, donde trabajan unos 760 operarios. Este desalojo se suma a los que ya se produjeron en las instalaciones de Campeche. La compañía afirmó que «es prematuro» dar una fecha de reapertura de los 407 pozos y plataformas que ha cerrado en los últimos días a causa del huracán.
El ciclón se desplazaba a 32 kilómetros por hora, rumbo oeste-noroeste, en una trayectoria parecida a la que en el pasado tuvieron Emily (agosto de 2005) y Gilberto (setiembre de 1988). Ese desplazamiento provocó la alarma en Texas, que comenzó la evacuación. Ese Estado acoge a una potente industria petrolera que produce un tercio del crudo de Estados Unidos.
Pasada la tensión, Jamaica recuperaba el pulso del embate del Dean, que originó cuantiosos daños materiales.
El huracán pasó por la costa sur jamaicana el pasado domingo con devastadores vientos sostenidos de más de 230 kilómetros por hora que arrasaron casas, derribaron el tendido eléctrico y árboles, y las lluvias que lo acompañaban causaron graves inundaciones.
Dos personas murieron tras el paso del Dean en Manchester, en el centro oeste del país, y en St. Thomas, en el sureste de la isla. A una de las víctimas, identificada como Samantha Prince, de 15 años, le cayó en la cabeza un bloque de cemento que se desprendió del techo de su casa por la acción de los vientos.
El agricultor Christopher Webley, de 44 años, fue la otra persona que perdió la vida cuando su residencia se hundió.
Dean, según informes preliminares, devastó varias zonas de Kingston y de otras ciudades del sur del país, y la empresa Risk Management Solutions calculó que las pérdidas de bienes asegurados podrían ascender a 890 millones de euros.
El sector agrícola ha sido uno de los más golpeados por el huracán, según la Sociedad de Agricultura de Jamaica (JAS).
Aunque es muy pronto para cuantificar los daños, la JAS adelantó que el huracán hizo estragos en los cultivos de banana, y que la caña de azúcar presenta importantes pérdidas.
Estado de emergencia
La primera ministra, Portia Simson Miller, quien declaró el estado de emergencia, dijo de que la principal preocupación es reabrir las escuelas, los hospitales, restablecer los servicios públicos, la electricidad y el agua.
La oficina de Servicio Público de Jamaica comenzó el lunes a restablecer la electricidad, primero en los pueblos de la costa norte, y las estaciones de gasolina, ya reciben combustible.
La principal refinería, Petrojam, registró daños mínimos y se espera que reasuma la producción de petróleo utilizando sus generadores.
Simpson Miller dijo que Jamaica está a la espera del envío de ayuda de algunos países, entre ellos Canadá, Brasil, Estados Unidos y Venezuela, además de los países miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom).
El huracán también provocó el aplazamiento de las elecciones generales, previstas para el 27 de este mes.
La Comisión Electoral de Jamaica informó de que los comicios se celebrarán en otra fecha que posiblemente sea anunciada esta semana, pero fuentes cercanas a las autoridades electorales manifestaron que probablemente se efectúen el próximo 3 de setiembre. El aplaza- miento se anunció el mismo día en que votaban de manera anticipada más de 33.300 miembros de la fuerzas de seguridad y funcionarios asignados al proceso electoral.
En un artículo elaborado por el editor de Medio Ambiente, Michael McCarthy, el diario británico «The Independent» planteaba ayer dos cuestiones al hilo del huracán Dean: ¿hay más huracanes ahora? ¿son resultado del calentamiento global?
McCarthy recuerda que los huracanes sólo se originan cuando la temperatura del océano en superficie sobrepasa los 26 grados centígrados. Debido al calentamiento global, la superficie marina que excede de esa temperatura es cada vez mayor. Así que la conclusión lógica es que el calentamiento global está directamente conectado con los huracanes.
Ahora bien, no todos los científicos coinciden en que ese calentamiento de los océanos esté ocurriendo ya.
Sin embargo, expertos como Kerry Emanuel, considerado uno de los principales especialistas en huracanes, aseguran que es ya una realidad y que eso es precisamente lo que está provocando un claro aumento de la intensidad de los huracanes, tanto que incluso habla ya de que será necesario revisar las actuales escalas utilizadas para medir su potencia y capacidad devastadora. Tal y como apunta otro experto, Greg Holland, el número de tormentas que han alcanzado categorías 4 y 5 se ha doblado en las últimas décadas.
Este último dato es objetivo e incuestionable. Ambos expertos aseguran que es producto de la subida de temperatura de la superficie marina, pero, aunque no fuera así, el hecho existe, está demostrado, y quienes pueden tomar medidas para evitar ese calentamiento global y sus consecuencias no están haciendo prácticamente nada, o nada, caso del Gobierno de George W. Bush (pero tampoco muchos gobiernos europeos, realmente).
Y aunque la conexión no esté probada y sea aceptada por todos, lo cierto es que los ciclones tropicales (nombre genérico para las tormentas circulares tropicales, denominadas huracanes en el Atlántico, tifones en el Pacífico occidental y ciclones en el Índico) son cada vez más devastadores. Hay quien dice que eso es una percepción subjetiva, porque, debido a los medios de comunicación, los últimos permanecen en la memoria colectiva más allá de que representen, o no, un dato científico probado. Además, no contamos con datos fiables de lo sucedido hasta la década de los setenta del pasado siglo, con lo que es imposible elaborar tablas de evolución rigurosas.
Además, otra de las características negativas de este debate es que está siendo politizado (y manipulado) por muchos gobiernos con intereses económicos y energéticos (no medioambientales, lamentablemente).
GARA
La Comisión Europea (CE) aseguró que está preparada para ofrecer ayuda de emergencia en caso de una eventual crisis humanitaria por los efectos del huracán Dean, según explicó la portavoz de la CE, Antonia Mochan.
Trasladó las «simpatías» de la Comisión Europea a los países afectados y a las familias de las personas que han muerto a consecuencia de la devastación del huracán Dean, que «ya ha provocado no sólo daños materiales, sino sufrimiento humano».
La oficina europea de ayuda humanitaria (ECHO), dependiente de la CE, ha trasladado a sus expertos con base permanente en Santo Domingo y Nicaragua a México, Jamaica y diversas islas del sur del Caribe para evaluar los daños que pueden producirse y «mantener un contacto permanente» con las autoridades locales. Analizarán sobre el terreno los efectos del huracán Dean, calificado como «potencialmente catastrófico» por el Centro Nacional de Huracanes (CNH), en México y el sur del Caribe, para elaborar los planes de ayuda necesarios.
La asistencia de emergencia coordinada por ECHO consiste en proveer a la población tanto de alimentos de primera necesidad y de agua potable, como de asistencia sanitaria, material médico e infraestructuras.
ECHO puede desembolsar una ayuda de urgencia de hasta tres millones de euros para financiar la distribución de comida, el equipamiento sanitario o el material para la obtención de agua potable.
La portavoz de la CE recordó que los países del Caribe participan en el mecanismo comunitario de preparación ante desastres naturales, que incluye, entre otras actuaciones, la aplicación de «medidas para mitigar el impacto de estos desastres naturales, fortaleciendo la capacidad de las comunidades locales cuando ocurren».
GARA