Agirre, Mendia, Odriozola y Romera quieren llevarse la alegría de la temporada en Osaka
Mikel Odriozola y Marta Mendia se convertirán en Osaka en los atletas vascos con más Mundiales en sus piernas, cinco, superando a Martín Fiz con el que estaban empatados a cuatro. Naroa Agirre vivirá su tercera experiencia al aire libre y Txema Romera debutará el primer día.
Miren SAENZ
Cuatro atletas vascos han conseguido llegar a la cita más importante del año, los Campeonatos del Mundo de Atletismo, el invento del difunto dirigente de la IAAF Primo Nebiolo, que mañana iniciarán en la ciudad japonesa de Osaka su decimoprimera edición.
Como dice Naroa Agirre «es como para estar contenta», pero todos buscan la satisfacción de mejorar resultados, de rematar la temporada como les gusta. Mirando atrás, a lo que ocurrió en Helsinki en la anterior cita, la guipuzcoana fue la que salió mejor parada con un noveno puesto en la final (4,35 metros) en un día de condiciones difíciles para el salto con pértiga. Marta Mendia, con 1,88 metros, no pasó la calificación en altura, mientras Mikel Odriozola fue descalificado en 50 kilómetros marcha.
El oreretarra señala que en estas circunstancias no le va a resultar complicado mejorar la actuación de 2005, pero se pone serio al recordar que en los Mundiales le ha acompañado la mala suerte. En Sevilla'99 se presentó en los 20 kilómetros, que le quedan cortos; en Edmonton'01 terminó el 15º pese a los calambres; en París, con anginas, el 14º cuando llegaba con la mejor marca del año.
«En los Europeos, excepto en Múnich -descalificado a falta de 2 kilómetros cuando acariciaba el bronce- me ha ido mejor, he sido cuarto y quinto. Pero como siempre, las medallas van a estar caras». Es la primera vez que afronta una competición sin haber corrido ningún 50 en 2007. Lo solicitó y se lo permitieron: «He entrenado bastante, así que ahora lo importante es recuperar. No he sufrido lesiones y me he pasado la temporada entre Benasque y Navacerrada, una preparación intensa que espero que salga. Cada vez me siento más tranquilo y la experiencia tiene que servir para algo».
Antes de volar a Osaka ha pasado por entrenamientos de calor, adaptación en pleno Barcelona al ambiente nipón, metido en una cámara. «Nos ponemos en la cinta y simulamos los ritmos que queremos a la temperatura que se supone vamos a tener allí. A 32º y 80% de humedad, algo más de lo previsto». Por eso Odriozola adelanta que espera una carrera abierta, porque las condiciones van a ser extremas. «En el 91, en el Mundial de Tokio, sólo dos personas bajaron de cuatro horas. En esas circunstancias no se esperan marcas importantes», aunque la competencia en la prueba más larga del calendario está asegurada entre rusos, chinos, el australiano Nathan Deakes, el francés Dinis y el italiano Schwazer.
El guipuzcoano, que a la vuelta defenderá la camiseta del C.A. Rentería, el club de su pueblo y en donde tiene hasta peña, no tendrá la compañía de sus incondicionales. El viaje es caro y la estancia más, así que los habituales seguidores del oreretarra le verán por televisión, «aunque el año pasado en Vietnam hice un amigo japonés y por lo menos ya tengo un animador», matiza.
Las saltadoras, por su parte, han apurado todas las competiciones en busca de esa marca que aumente su confianza. En la Copa de Clubes, celebrada en Castellón el pasado 11 de agosto, Mendia peleó con el Scania y mejoró en un centímetro su mejor registro del verano -1,89 metros, lejos del 1,93 que necesita-. La que fuera elegida deportista navarra del siglo por votación popular es asidua a las competiciones internacionales desde que era junior. Quiere llegar a Pekín, sus terceros Juegos, pero antes toca Osaka.
Mendia reconocía que «no ha vivido una buena temporada en la competición, aunque los entrenamientos me han salido bastante bien». Las calificaciones mundialistas se le resisten y menciona París'2003, en donde con 1,91 se quedó en puertas. Cuenta que fue precisamente Blanka Vlasic, por mejor concurso, quien le tomó la delantera. Ahora la croata reina en las alturas y es candidata al oro. Después de elevarse 2,07 metros, puede ser la sucesora de Kostadinova -20 años como plusmarquista mundial con 2,09 metros-. Mendia, que hace tres años llegó hasta el 1,96, busca exprimir al máximo el minuto que le conceden por salto.
Mientras, Naroa Agirre se exige cada vez más y, pese a que ha protagonizado una temporada regular, hubiera deseado más saltos por encima de 4,50 metros, marca que deberá superar para pasar la calificación, o un nuevo récord que le animara el verano. «No descarto nada, voy a poner toda la carne en el asador pero soy realista y aunque he estado bien, las cosas no han salido. Sólamente he saltado una vez 4,50, en el resto de las pruebas unas 15 veces de 17 he estado por encima de 40. Otra cosa es que salga en el Mundial y está difícil», reconoce.
Sabe que el mejor momento de la temporada es justo cuando llega la competición más importante «y como he llegado sin lesiones, he hecho la mínima y todo está bien, éste es el mejor momento. A nivel de marcas las cosas sí que podían haber ido mejor, no digo que no, pero ya veremos ahora».
Aumenta el nivel
En pista cubierta, durante el invierno, le salió todo rodado. Naroa creció unos cuantos centímetros hasta alcanzar los 4,56 casi sin proponérselo, mientras al aire libre admite que «lo he buscado tanto que al final he llegado a un punto en el que he tenido que decir si sale saldrá y si no el año que viene».
El panorama ha cambiado en los dos últimos años. En la final de pértiga de Helsinki, la saltadora del Atlético San Sebastián se metió en la novena posición con 4,35. El oro lo ganó Isinbaieva con el actual récord del mundo, esos colosales 5,01 metros, la plata fue para Monika Pyrek con 4,60 y el bronce para Hamackova con 4,50. Espera un concurso exigente: «Hay siete personas que están muy seguras por encima de 4,60. Luego hay que rellenar hasta doce. Las de arriba siguen siendo las mismas con alguna incorporación, pero el nivel medio ha subido mucho», comenta la saltadora.
Naroa disfruta con lo que hace y quiere sentirse satisfecha de su trabajo, incluso si el resultado no es el óptimo: «Firmaría por estar en la final, pero soy consciente de que está muy difícil. A lo mejor salto 4,40 y digo ha sido un buen concurso, no había mas y salgo contenta. Me gustaría subir a la grada y que Jonkar y yo -Jon Karla Lizeaga, su entrenador y marido- estaríamos contentos de la competición que hemos hecho».
El último en incorporarse es el debutante Txema Romera, alguien que ha sabido darle la vuelta a tiempo a un año penoso, marcado por las lesiones. El vallista de Barañain consiguió su primer oro en los Campeonatos de España, tras cinco ediciones abonado a los peldaños inferiores -cuatro platas y un bronce-. Anoeta le otorgó el billete a Osaka, pese a que no le salió la marca, para olvidar la rotura de un brazo en diciembre, el soleo de la pierna derecha, en febrero, y luego recaídas y pesadillas que han quedado atrás. El navarro se relaja mientras practica buceo: «Es lo único que me ayuda a escapar de la presión de la alta competición». Romera no ha conseguido acercarse las últimas temporadas a su mejor registro personal, esos 49.34 que constituyen el récord navarro y que el atleta del Scania estableció en 2004.
Tras dos participaciones en el Europeo -Múnich´2002 y Goteborg'2006- afrontará su primer Mundial con casi 27 años. Los cumplirá el 2 de setiembre, día de la clausura, «pero ya estaré de vuelta y me perderé la ceremonia con todos los japoneses cantando en el estadio, o sea no podré pensar que es en mi honor», bromea con la ilusión de un principiante y las ganas de mejorar su mejor registro de este año.
Su objetivo, pasar la primera ronda «y después a disfrutar». Sí vuelve a coincidir con James Carter, líder del año, a recordar viejos tiempos. «En la Copa del Mundo de Madrid'2002 competí con él y los primeros 300 metros íbamos a la par, el estadio estaba lleno y me animaban a mí, después me dejó atrás», menciona.
Las metas más ambiciosas, teniendo en cuenta el pasado reciente, las deja para el futuro. Una de ellas es batir el récord del Estado español. El próximo día 31, los 49.00 que José Alonso consiguió en la final del Mundial de Roma cumplirán 20 años. El recordman español apuntaba al navarro recientemente en la web de la Federación Española como uno de los dos atletas que pueden mejorar su marca. Alonso también señalaba que los 400 metros vallas «requieren varias habilidades que en otras pruebas no se dan; se necesita velocidad, resistencia, técnica, sentido del ritmo... es un compendio de muchas cosas y aglutinarlo todo en un atleta es complicado. La disciplina necesita muchos años de aprendizaje». Romera los tiene.