GARA > Idatzia > Zinema

Sesiones de risoterapia

«El club de los suicidas»

p055_f02_88x104.jpg

M.I. | DONOSTIA

Desde su primer largometraje, «Hombres felices», Roberto Santiago ha sentido una especial querencia por el humor ácido, unida a unas privilegiadas dotes de observación para las situaciones costumbristas, palpables en su anterior «El penalti más largo del mundo». Fue durante el rodaje de esa satírica crónica social de la vida de un barrio obrero, cuando nació la idea que iba a servir de punto de arranque a «El club de los suicidas». Al parecer el actor Fernando Tejero, que allí encarnaba al portero suplente en el que estaban puestas todas las esperanzas de sus vecinos, atravesaba una mala racha sentimental en su esfera privada por culpa de un amor no correspondido. El abandono le había sumido en una fuerte depresión, que describía de la siguiente manera: «Por las mañanas no sabía si salir de casa por la puerta, o tirarme directamente por la ventana». El guionista y director madrileño recogió el guante y se puso a escribir un proyecto sobre los sentimientos autodestructivos, tema que ya había tocada en su cortometraje «Ruleta», sobre unas amas de casa que jugaban a la ruleta rusa.

Roberto Santiago ha fabricado una comedia negra en base a la idea del suicido, a la que también le da la vuelta para hacer que sus personajes busquen inconscientemente motivos para seguir en este mundo. Cualquier excusa es buena para no tener que acabar con uno mismo, ya que el mero hecho de autoagredirse entraña muchas dificultades logísticas y de todo tipo. Los protagonistas de «El club de los suicidas» descubrirán que quitarle la vida a otro semejante tampoco es nada fácil, aunque piensan que puede ser una solución, una vez dentro de un grupo de terapia psicológica para pacientes que comparten esa misma tendencia suicida sin llegar a ver solventado su problema. El autor no oculta en cualquier caso que el eje argumental lo ha tomado prestado del clásico homónimo (un relato corto) del novelista Robert Louis Stevenson, del que ya se han hecho diversas versiones cinematográficas, pero lo que aporta a su desarrollo son las situaciones esperpénticas.

 
Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo