El pasado 15 de agosto nos dejó, con 36 años Miguel, mi compañero. Sin la ayuda del equipo humano de Oncología del Hospital Donostia, este viaje no habría sido tan dulce. Miguel nos ha dado una lección de valentía y nos ha hecho felices a los que le hemos acompañado en su enfermedad. Por ello quiero agradecer desde el corazón al Dr. Piera Pibernat por su profesionalidad, humanidad, cariño y cercanía en el trato. También quiero mostrar mi agradecimiento al equipo médico que nos ha atendido en planta. A Xabier Álvarez, psicólogo de la Asociación en Contra del Cáncer; a las enfermeras, auxiliares y a todo el personal que ha sabido mostrarle sus cuidados y cariño; a sus médicos de cabecera, Dr. Alonso, del Ambulatorio de Gros, y Dr. Fernandino, y a la enfermera Asun, del Ambulatorio de Pasai Antxo.

No quiero dejar de animar a todas y todos los trabajadores de Osakidetza para que sigan luchando por sus derechos laborales. Desde la poltrona no puede hacerse una gestión digna, porque en las poltronas no se cuida a nuestros enfermos. Pido a la gente que sea solidaria y cotice a la Seguridad Social sabiendo que es nuestro mejor patrimonio y que tenemos que seguir acudiendo para mejorarla día a día. Y pido respeto para el personal de Osakidetza que a veces hace grandes esfuerzos para atendernos de la manera más profesional.