ezkurra 35 urrutia 24

Visto lo ocurrido ayer en Galarreta, el relevo de Koteto Ezkurra en el mano a mano queda todavía a años luz: Ezkurra ganó con una facilidad pasmosa el pase para disputar su enésima final del Torneo Casino Kursaal -el 1 de setiembre-, tras lograr su segundo punto en la liguilla de semifinales ante el gran aspirante para disputarle el trono, Miguel Mari Urrutia (35-24).

Su rival ese día saldrá del tercer y último choque de la liguilla, un partido que se jugará mañana también en la cancha de Hernani y que enfrentará a los dos remontistas que han caído en semifinales ante el nueve veces txapeldun del campeonato individual: Zeberio II y Urrutia.

Sin necesidad de alardes

La lectura del partido se presta a hacer, de nuevo, un repaso de las excelencias de Koteto Ezkurra, un remontista infalible en las citas más comprometidas: el delantero de Doneztebe se defendió a la perfección en todas las facetas del juego, con su privilegiado golpe y su enorme rapidez, y esta vez incluyó además el saque -8 tantos directos-, el único punto débil que tuvo en su encuentro Zeberio II.

Ezkurra estuvo bien, hizo su papel. Pero, con todo, no necesitó hacer más alardes, porque Urrutia no se lo exigió. La clave estuvo más en la mala actuación de su rival, Miguel Mari Urrutia, que en el propio partido de Ezkurra. Un Urrutia fallón en el peloteo y, sobre todo, muy poco efectivo con su principal arma, el saque: el zaguero de Saldias tan sólo hizo un tanto directo (y bien avanzado el partido, en el 31-20). Además, sufrió horrores para restar los saques de un Ezkurra que cruzó con la violencia y el acierto del mejor especialista.

Los primeros compases fueron de tanteo y respeto mutuo, pero, en cuanto se alcanzó la decena, Ezkurra pisó el acelerador y cobró una ventaja que pesaría ya como una losa.