CRÍTICA quincena musical
Mutua simpatía
OTXANDIO
El público donostiarra la ha visto crecer artísticamente y existe por ello una simpatía mutua notable que María Bayo no oculta cada vez que pisa la ciudad. La del jueves fue una noche de reencuentro, con la Bayo mostrando una voz más pastosa en sus airosas interpretaciones. Estuvo bien apoyada en la Orquesta de Cámara de Ginebra, que inició la sesión interpretando la «Sinfonía en Do mayor» de Bizet, con buen perfilado y cálida sonoridad, sobremanera en el solo de oboe. Inició su acción canora la Bayo con una deliciosa «Aria de Hero» de Berlioz, en emisión floreada y matizada, mostrando voz dramática, densa y modelada, gozando coloratura. Cantaron las maderas en el corto intermedio orquestal, dando paso a la salerosa «Zaide», bolero juguetón de aire hispano. En la segunda parte se dedicó a la rumbosa decantación de romanzas selectas de Giménez, Caballero, Chapí y, para terminar, la salerosa zarzuela cubana «Cecilia Valdés» de Roig. Los aplausos del público arrancaron de Bayo tres bises continuos de chulapa y crótalos, entre ellos, «La tarántula», obra graciosa que María intenta expresar como su profesora Teresa logra.