Ayer le tocó el turno al bacalao al pil pil. Fue una mañana como las precedentes, ya que como toda la semana, la lluvia acompañó a los participantes en la cita gastronómica durante buena parte de la mañana. A pesar de ello, 55 amantes del bacalao se presentaron en el Arenal bilbaino para demostrar sus talentos culinarios.

La competición estuvo muy reñida, ya que, a juicio del jurado, había mucho talento entre los asistentes. Al final, como cada día, sobre las 14.30, consiguió decantarse por la comparsa Uribarri y por Alfredo Iturribarri en la categoría individual, que se embolsó nada menos que doscientos cincuenta euros.

Preguntados por cuál es el gran secreto del bacalao al pil pil, todos lo tuvieron muy claro: «Mucha paciencia». Tres horas removiendo la cazuela, alternando entre el fuego y fuera de él, «un trabajo duro, pero que merece la pena».

Fueron muchos los curiosos que se acercaron a lo largo de la mañana por este recinto, bien para preguntar por esos trucos o porque, simplemente, querían pasar un buen rato, entre el certamen gastronómico y los herri kirolak que también se celebran en el mismo recinto del Arenal y que ayer levantó gran expectación con la presencia de los Perurena, padre e hijo.

Hoy, le toca el turno al concurso de marmitako, seguramente uno de los más concurridos y más esperados, y mañana al del estofado de rabo de toro.

Otro premio que se otorgó ayer fue la makila al que más puntos hubiese acumulado entre los concursos de bacalao a la vizcaina y al pil pil, y que otorgaba el reconocimiento al Señor del bacalao. Este premio fue para Lopategi, de la comparsa Uribarri.