ETA explosionó ayer una furgoneta cargada de explosivos ante el cuartel que la Guardia Civil ocupa en Durango causando importantes daños materiales. Las mismas voces que el 30 de diciembre dieron por finiquitado el alto el fuego de ETA constatan ahora que se trata del primer atentado desde que la organización armada pusiera fin a su alto el fuego permanente, el pasado 6 de junio. En este sentido, cabe recordar que tras el atentado en Barajas -que destrozó la T-4 y causó la muerte a dos ciudadanos ecuatorianos- hubo diálogo entre los agentes que han protagonizado el proceso para superar el conflicto político que sufre Euskal Herria, aunque éste no permitiera superar el bloqueo. Del mismo modo, el atentado de Durango no debe hacer desistir a nadie de la obligación política de desbrozar el camino para alcanzar la paz y la normalización en Euskal Herria.

Aunque resulte una obviedad, hay que insistir que el atentado de ayer tiene una responsabilidad nominal que se circunscribe a la organización armada ETA. No obstante, ese ataque se produce en una situación de no proceso, de bloqueo del diálogo. Y en el hecho de que hoy estemos en ese escenario y no en otro mejor concurren responsabilidades diversas. Pese al interés de Lakua de contemporizar con la «acusación preventiva» contra Batasuna lanzada por Alfredo Pérez Rubalcaba, cabe apuntar que, con el alto en fuego en vigor, fue el rechazo de PNV y PSOE a sentar las bases de un acuerdo que, basado en el derecho a decidir y la territorialidad, permitiera avanzar en la resolución del conflicto -y, al tiempo, dejar atrás la lucha armada de ETA-, el que provocó el colapso de un proceso que, pese a todo, sigue siendo hoy la vía más realista para lograr la paz.

El «no proceso» es sinónimo de atentados, detenciones, falta de derechos de los presos, exclusión y falta de libertades civiles y políticas... Es un escenario que tiene consecuencias negativas generalizadas que debe y puede superarse, aquí y ahora, mediante un diálogo sin límites que abra paso a una solución democrática.