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Campeonatos del Mundo - Osaka'2007

Bekele se ríe del bochorno

El etíope conserva su título en 10.000 metros y logra un triplete inédito después de dar espectáculo

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Miren SAENZ | DONOSTIA

Desde que Gebreselassie venció a Paul Tergat por 9 centésimas en la final de los Juegos Olímpicos de Sydney'2000 no se veía un 10.000 de ese calibre. Los africanos dieron espectáculo con un Bekele sublime y desconocido que utilizó un rosario de artimañas para conseguir su tercer título mundial.

Si los 100 metros femeninos, la carrera disputada a continuación, tuvieron su buena dosis de intriga respecto al resultado final y a la composición del podio, el 10.000 tampoco escapó al suspense aunque no llegó a esos límites. Kenenisa Bekele se encargó de darle emoción y de paso certificó que sigue al frente. Por si quedaba alguna duda.

El etíope regresaba al escenario de un Mundial cinco meses después de su derrota en otro, el de campo a través, su cita por excelencia. Seis años de dominio incontestable, con cinco títulos en el cross largo y otros tantos en el corto y la imbatibilidad en cada prueba que le tuviera en cartel se acabaron de un plumazo en Mombasa por culpa de una pájara. En la ciudad keniata hacía mucho calor y también mucha humedad, como en Osaka pero diferente. Entonces Zersenay Tadese aprovechó la oportunidad de su vida y le adelantó y Bekele optó por la retirada. Ayer el eritreo tiró desde la salida, ejerció de liebre. Generoso Tadese, a 2:45 el kilómetro, pasando el ecuador de la carrera en 13:42.98, mientras el elegante Gebremariam, un etíope que hace unos años ganó en el hipódromo donostiarra, intentaba que Tadese aminorara la marcha.

Para entonces quedaban ocho elementos en el grupo de cabeza: tres etíopes, los mismos keniatas, un eritreo además de un estadounidense, antes eritreo, de pasaporte reciente.

La nueva táctica

Tadese no hizo caso y Bekele puso en marcha su nuevo estilo. El de antes consistía en imprimir un ritmo tan endiablado capaz de destrozar a cualquiera, luego se largaba con el rostro intacto, ni un gesto de esfuerzo, ni una mueca de más.

Ayer no. Transcurría el kilómetro octavo, quedaban cuatro en cabeza de carrera, y el keniata Martin Mathathi dio un hachazo descartando a Tadese, que ya había agotado sus reservas cuando Bekele pareció dar muestras de debilidad. Recordaba al ciclista Lance Armstrong, el multicampeón del Tour en aquella edición no tan lejana en la que con síntomas de flaqueza simuló una presunta pájara y después subió esos puertos inhumanos como una flecha para levantar los brazos en meta.

Llegados a este punto del 10.000, las palabras de Sileshi Sihine en Elgoibar, tras ganar el Memorial Mugerza el pasado mes de enero, que por cierto también ha visto vencer a Kenenisa, en las que apuntaba a una hipotética victoria sobre Bekele empezaron a tener credibilidad. O sea que en Etiopía ya no se guardan las jerarquías, porque una cosa es que Sihine ataque a un keniano y otra que le discuta el liderazgo al jefe, tal y como hizo después de acabar con Mathathi. El lugarteniente se reveló a 400 metros de la meta y cuando parecía que Bekele iba a ser víctima de su propio compatriota, el campeón olímpico y plusmarquista de la distancia, con 25 años, se fue como si nada a por su tercer oro mundial, consecutivo e inédito. El hombre de Bekoji terminó en 27:05.90, pese al sofocante calor, y también le arrebató a Sihine el liderazgo al frente del ranking mundial del año.

 

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