Tres años después, Beslán exige a Putin que diga la verdad
Las muchas preguntas sin respuesta y la cólera contra el Gobierno del presidente Vladimir Putin siguen atormentando, tres años después, a los supervivientes y a los familiares de las víctimas del asalto contra la escuela de Beslán, en la república de Osetia del Norte. Estudios recientes a cargo de expertos vienen a confirmar, además, que el Kremlin se decidió por la solución militar y que sus hombres provocaron las explosiones que precedieron al asalto.
El primero de setiembre de 2004, un comando que exigía la retirada de las tropas rusas de Chechenia tomó el control de la escuela número 1 de esta pequeña localidad del Cáucaso Norte.
Tres días más tarde, un tan controvertido como contundente asalto de fuerzas especiales rusas se saldó con la muerte de 332 del millar largo de secuestrados (la mitad menores), sin olvidar a decenas de secuestradores y soldados.
Como cada año desde entonces, el Comité de Madres de Beslán ha organizado una pequeña ceremonia delante de las ruinas de la escuela en la que recordará el dramático suceso y se lanzará al cielo un globo por cada víctima del asalto militar.
El tiempo no ha aliviado ni el dolor ni las dudas de los habitantes de Beslán quienes, como muchos rusos, creen que el Kremlin sigue ocultándoles lo que verdaderamente ocurrió en el asalto a una escuela llena de rehenes. La versión oficial insiste en que la solución militar fue iniciada después de la explosión accidental de una bomba colocada por el comando.
Un diputado, Yuri Saveliev, miembro de la comisión investigadora del Parlamento, ha acusado recientemente a sus colegas de «ocultar la verdad». Este físico experto en explosivos insiste en que las dos explosiones que sacudieron la escuela, y que el Kremlin utilizó como excusa para el asalto, fueron en realidad provocadas por granadas lanzadas desde el exterior.
La total desorganización de los servicios de socorro y la opacidad en el funcionamiento de la célula de crisis alimentan la ira de los supervivientes y familiares de víctimas. A día de hoy, sólo tres policías locales han sido condenados por negligencia -antes de ser inmediatamente amnistiados-.
«Nadie ha sido condenado por estos más de 300 muertos», denuncia Susana Dudieva, presidenta del Comité de Madres de Beslán y que perdió a su hijo de 13 años de edad.
Putin, «el mayor culpable»
«Personalmente, pienso que el presidente Putin es el mayor culpable de todos, seguido por los jefes de los Servicios de Seguridad, del Ministerio de Interior y de la Fiscalía», añade tajante Dudieva.
La crisis suscitada por este sangriento suceso fue aprovechada por el inquilino del Kremlin para dar una nueva vuelta de tuerca en su política de sojuzgamiento de los chechenos y de otros pueblos del Cáucaso, siempre con el objetivo, anunciado pero nunca cumplido, de dar por finalizada la llamada «Guerra de Chechenia».
Ni siquiera los rusos se fían de la versión oficial. Según un sondeo del instituto Levada, sólo el 8% piensa que al final se hará la luz sobre lo ocurrido. Más de la mitad (51%) cree que sólo se ha contado parte de lo que pasó y un 25% acusa abiertamente al Kremlin de mentir.
Tesis negada, cómo no, por la comisión oficial de investigación pero alimentada por testimonios locales y expertos.
Recientemente, un vídeo difundido por una asociación de familias ha puesto patas arriba la tesis oficial de que las fuerzas especiales no pusieron en peligro con su asalto la vida de los rehenes. En el vídeo en cuestión, un experto en desminado explica que la explosión inicial no pudo de ninguna manera ser provocada por las bombas artesanales del comando.
Julia Latynina, experta en el Cáucaso, asegura que «la cuestión de Beslán no se afrontará sin un previo cambio de régimen. Y, mientras tanto, seguirá siendo uno de los mayores crímenes del régimen» ruso.
Expertos en explosivos coinciden en descartar que las dos explosiones que se oyeron en la escuela tuvieron su origen en bombas colocadas por el comando secuestrador.
Cuatro policías pro-rusos murieron ayer en un atentado en Nazran, capital de la república de Ingushetia. Ingushes eran la mayoría de miembros del comando que secuestró la escuela de Beslán.
El Parlamento de Chechenia convocó ayer un referéndum constitucional para el próximo 2 de diciembre, coincidiendo con las elecciones parlamentarias en Rusia, con el fin de unificar su legislación con la federal.
Tras la consulta -cuyo resultado se sabe por anticipado- la figura del presidente de esa república norcaucásica será propuesta por el jefe del Kremlin, y no elegida por sufragio universal como hasta ahora. Además, el mandato del presidente y del Legislativo se extenderá de cuatro a cinco años, y el Parlamento dejará de ser bicameral, informó la agencia oficial Itar-Tass.
El nuevo presidente checheno, Ramzan Kadirov, prometió en su discurso de investidura en abril que no albergaba ansias independentistas y no demandaría al Kremlin mayores cuotas de autonomía.
De esa forma, pretende ahuyentar los temores del Kremlin sobre su interés en firmar un acuerdo de separación de poderes con Moscú, como ocurrió con la República de Tatarstán. Sucesor de su padre, Ahmed Kadirov -muerto en atentado en mayo de 2004-, Ramzan dirige el país con una terrible milicia de miles de hombres armados.