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Posiciones ante el nuevo curso político

Imaz y Egibar apelan a la serenidad y la unidad para afrontar el debate

El mitin de inicio de curso político del PNV se convirtió ayer en la manifestación palpable de la división en el seno del partido, tras muchos desmentidos al respecto. Su presidente, Josu Jon Imaz, se mostró especialmente alarmado por ello y llegó a alertar a sus compañeros de que «proyectar una imagen de división supone un cáncer» para cualquier partido, por lo que pidió apoyo a sus tesis. Joseba Egibar, por su parte, se limitó a pedir un debate interno sereno.

Mikel JAUREGI | ZARAUTZ

El acto de Zarautz que sirve al PNV, desde hace ya 21 años, para dar el pistoletazo de salida al curso político se convirtió en el foro en el que Josu Jon Imaz y Joseba Egibar trasladaron a sus militantes y simpatizantes, y también al conjunto de la opinión pública, un mensaje de serenidad. Y también una apelación a la unidad. Y es que el propio presidente del EBB reconoció que, tras el proceso interno vivido hace cuatro años, las heridas no han cicatrizado del todo y se ha venido proyectando una cierta imagen de división en el partido. «Y si estamos divididos, seremos débiles ante unos y otros. Nuestra fuerza es la unidad. Las personas debemos ser conscientes de ellos y hacer un esfuerzo y ser generosos», indicó con la mirada puesta ya en el proceso de debate y renovación de cargos en el que está inmerso el PNV.

Imaz calificó esa desunión de «cáncer» para un partido político y consideró que ha tenido sus consecuencias en las últimas elecciones forales y municipales. Por eso, llamó a superarla para poder afrontar lo que denominó «modernización del proyecto abertzale» en un panorama mundial y europeo cambiante en el que, resaltó, «también están alterándose concep- tos como soberanía, Estado e independencia. Debemos hacer esa reflexión, debemos llevar a cabo ese debate, pero desde la unidad», advirtió.

A esa «división» reconocida por el líder jelkide, imagen que se ha visto acrecentada en las últimas semanas a causa de las diferentes ópticas en torno a la consulta popular que se comprometió a llevar a cabo el lehendakari Juan José Ibarretxe antes de finalizar esta legislatura, se refirió también minutos antes Joseba Egibar, quien dijo ver intereses mediáticos y partidistas en el intento de presentar «dos o tres almas en el seno del partido. Por un lado, esencialistas o radicales, y por otro, autonomistas o españolistas. Todo el mundo nos quiere etiquetar, pero aquí no hay ni dos ni tres almas», manifestó.

Agregó que en el proceso interno que se prolongará hasta el invierno «debatiremos, con tranquilidad, y nadie nos va a marcar ese debate. Y todos los miembros del partido apoyaremos la postura mayoritaria. Por eso os pido tranquilidad; el partido líder de este país tomará la decisión que ha de tomar».

Afirmó que la atención generada en el resto de formaciones y en los medios de difusión por lo que diga o haga su partido se debe a que «el puchero de la política vasca está en punto de ebullición. Y es precisamente a nosotros a quienes nos toca darle el último calentón, mediante la iniciativa política».

Aunque sin citarla expresamente -tampoco se refirió a ello Imaz-, era evidente que el presidente del GBB hablaba de la convocatoria de la consulta, algo que quedó todavía más claro cuando se preguntó «quién o qué es lo que preocupa al Estado y a ETA. Tiene nombre y apellidos: Juan José Ibarretxe Markuartu. Él, y no otro. Por su iniciativa política, planteada en nombre de un Gobierno, pero también en nombre de un partido político». Posteriormente sí se refirió a ese hipotético referéndum, aunque sólo para incidir en que él apuesta por tratar la cuestión de puertas adentro: «Hoy Ibarretxe dice no sé qué, Josu Jon el otro día no sé cuántos... No sé si debemos hablar de ello públicamente, pero sí lo debatiremos internamente».

Como Imaz, planteó como objetivos del PNV la consecución de la paz y la superación del conflicto político -el presidente del EBB lo denominó «la prioridad del autogobierno»-, y resaltó que «por responsabilidad, tomaremos la iniciativa para re- solverlo». Y en relación a la raíz del contencioso, no obvió la palabra de moda: «Transversalidad, que no aparece en el diccionario pero que a este paso será definido como el concepto aplicado a la cuestión vasca para no solucionarla».

«Yo, que soy calificado de radical, también soy partidario de los acuerdos horizontales o transversales. Pero con una condición: igualdad de condiciones. Porque la condición nacional española la tienen reconocida, pero los vascos no. Porque, ¿es mucho pedir que se reconozca que Euskal Herria o Euskadi es un pueblo?», inquirió, tras lo cual quiso dejar claro «cuál es nuestro objetivo último: que los vascos seamos dueños de nuestro futuro. No reconoceremos otra soberanía que la vasca. Ésa es la trayectoria que ha seguido el PNV desde su nacimiento, hace ya 112 años. Surgimos para resolver un problema político, y en ello seguiremos».

Contra ETA, Batasuna y Errazti

Tras la alocución del presidente del GBB, Imaz se situó ante el micrófono para hacer balance del curso pasado y recordar que «hace un año, justo aquí, estábamos más esperanzados. Pero aquello [en relación al proceso de diálogo] se rompió porque ETA impuso a Batasuna su posición, porque Batasuna no tuvo autonomía política propia».

«El mayor enemigo para la causa nacional vasca es ETA. Atenta, extorsiona, persigue a cargos públicos y políticos... Pero lo tienen difícil ETA y Batasuna, porque el mundo está cambiando y pronto hasta Sinn Féin los tratará como a apestados. ETA ya ha escrito su última página», sentenció, al tiempo que situó como «uno de nuestros deberes deslegitimar social y políticamente a ese mundo».

Pero la parte de su intervención que resultó más contundente estuvo centrada en EA y en su presidenta, Begoña Errazti, quien en la víspera acusó al PNV de intentar pactar con el PSOE para «mantener el negocio». Imaz dijo que «parece que no se puede hablar de construir entre todos este país, pero sí pactar en Muskiz con el PSE, en Gorliz con el PP, en Azpeitia con ANV... para quitar alcaldías al PNV. Habla de lealtad, ¡pues hablemos de lealtad, pero en mayúsculas! Aquí de lo que estamos hablando es de dignidad».

Audiencia escasa, ambiente desangelado

El acto celebrado en el polideportivo de los Antonianos generó una notable expectación mediática, auspiciada en gran medida por la polémica de los últimos días en torno a la convocatoria de una hipotética consulta y el hecho de que haya saltado cuando el PNV está inmerso en la elaboración de una ponencia política «de consenso». Pero ni siquiera el «morbo» de ver juntos en un escenario a Imaz y Egibar pareció atraer a los simpatizantes jeltzales, ya que el recinto presentaba un aspecto más bien triste. Muchos de los asientos estaban vacíos, tanto en las gradas como en la cancha. El ambiente, también desangelado: pocos aplausos y un silencio que incluso mencionó, en un par de ocasiones, el propio Egibar.

M. J.

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