Hace ya tiempo que venimos protestando por la forma de malvender los Servicios Públicos en Berango. Estamos ya pasando de la indignación al enfado por la poca calidad del servicio en el Hogar del Jubilado de Berango. Esto no es por los altos precios de la cafetería (que también), por la perceptibilidad de tener que estar asociado a un grupo privado, las barreras arquitectónicas internas o por el cierre todo el mes de agosto, etc., sino por que se abandona a su suerte al jubilado, ya que el único lugar de ocio pensado específicamente para él se mantiene desde una mentalidad comercial y no como un servicio público municipa que ha de pensar en el bienestar social antes que en el interés privado empresarial.