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La OMS afirma que los campos electromagnéticos de baja frecuencia son inocuos

No es la primera vez que la OMS lo declara, pero de nuevo, ha concluido que no existe relación alguna entre los campos electromagnéticos de baja frecuencia y la salud de las personas. Ni siquiera, sostiene, hay evidencia de que incida en un aumento de la leucemia infantil.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) puso en marcha en 1992 el Proyecto Internacional sobre Campos Electromagnéticos, con el fin de investigar los posibles riesgos sanitarios asociados a las tecnologías que crean, precisamente, campos eléctricos y magnéticos. En julio, un grupo de trabajo internacional de la OMS reunido en Ginebra presentaba una actualización de los estudios recientes llevados a cabo por un grupo de expertos de la propia Organización y la Comisión Internacional de protección contra Radiaciones no Inoizantes.

La conclusión ha sido que «los niveles a los que suele estar expuesto el público en general no cabe señalar ninguna cuestión sanitaria sustantiva relacionada con los campos eléctricos de frecuencia extremadamente baja».

Estas conclusiones han sido recogidas en un monográfico publicado dentro de la serie ``Criterios de Salud Ambiental'' y puede ser consultado en la web de la propia OMS. Estos expertos constatan que la exposición aguda a niveles elevados tiene efectos biológicos en los seres humanos. Hablamos de niveles por encima de 100 microteslas (medida del movimiento de la corriente de los campos magnéticos), cuando, por ejemplo, debajo de una línea de alta tensión se pueden rondar las 20 microteslas y en nuestros hogares la intensidad puede ser de 0,07.

Sin embargo, en el caso de las frecuendias bajas, la OMS vuelve a mostrarse tajante en sus resoluciones. Buena parte de las investigaciones científicas en este terreno se han centrado en su posible repercusión en un aumento de la leucemia infantil. «El balance que cabe hacer es que las evidencias relacionadas con la leucemia infantil no son suficientemente sólidas para establecer una relación de causalidad», subraya.

La OMS añade que se han analizado posibles relaciones con otros cánceres infantiles, en adultos, depresión, suicidio, trastornos cardiovasculares, disfunciones reproductivas, trastornos del desarrollo, modificaciones inmunológicas, etc. El grupo de trabajo concluye que sus posibles nexos son «mucho más débiles que en el caso de la leucemia infantil».

La OMS sentencia que no hay razones para «justificar una reducción de los límites de exposición cuantitativos» a los campos de frecuencia baja.

Seguir investigando

La Organización Mundial de la Salud, a pesar de estas evidencias que constata, insta a los gobiernos y al sector industrial a «seguir de cerca los avances científicos y promover programas de investigación que reduzcan aún más la incertidumbre de las pruebas científicas relativas a los efectos sanitarios de la exposición a campos de frencia baja».

La OMS identifica, no obstante, «diversas lagunas de conocimientos», que conformarán la base de un nuevo proyecto de investigación que ya prepara.

A la mitad de los europeos les preocupa

El 73% de los europeos cree que el uso de los teléfonos móviles afecta en mayor o medida a su salud, frente a un 55% que así lo creía hace cinco años. Es el resultado de una reciente encuesta de la Unión Europea que, sin embargo, revela que los europeos temen menos la acción de los campos electromagnéticos sobre su salud que la de los productos químicos.

El informe señala que casi la mitad de la población cree que los teléfonos móviles afectan algo a su salud, que el 37% siente una gran inquietud por las líneas de alta tensión y que el 36% teme las antenas de telefonía móvil. Así lo recoge la web científica Tendencias.21. La encuesta se hizo a 33.000 ciudadanos. Así, ha crecido la inquietud en lo que se refiere a las antenas de telefonía móvil (del 58% al 76% de los encuestados en 2002 y 2007 respectivamente) o a los ordenadores (del 47% al 65% en esos cinco años).

Pero más allá de la percepción del peligro, el estudio pone de relieve el grave déficit de información sobre la materia que sufren los europeos: dos tercios de éstos afirman sentirse insatisfechos con la información que reciben sobre los riesgos potenciales de los campos electromagnéticos para su salud. GARA

25.000 artículos

En los últimos 30 años, se han publicado aproximadamente 25.000 artículos sobre los efectos biológicos de estas exposiciones. En base a ellos, la OMS sigue concluyendo que los resultados no confirman una relación.

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