El portavoz de Gesto por la Paz, Fabián Laespada, expresó ayer su pesar por la escasa capacidad de movilización mostrada por partidos e instituciones tras el atentado del 24 de agosto contra el cuartel de la Guardia Civil en Durango, que causó grandes destrozos en el inmueble e hirió a dos agentes del instituto militar español.

Tras aquella acción de ETA, fue convocada una concentración de protesta en la plaza de la localidad vizcaina, a la que apenas asistieron unas pocas decenas de personas. Junto a ellas, eso sí, multitud de representantes políticos e institucionales.

Sobre este particular, Laespada confesó que hubiera deseado que la sociedad vasca «hubiera salido a la calle y hubiera demostrado, en cierto modo, su rabia, su hastío, y su rechazo más absoluto». Algo que, según reconoció, no sucedió, a pesar de que el atentado contra la Guardia Civil «fue durísimo, y podría haber causado una verdadera desgracia».

«Desmovilización»

El habitual portavoz de Gesto por la Paz argumentó que, «lamentablemente«, la sociedad «se movilizará cuando haya muertos» y, preguntado sobre si el Gobierno de Lakua debía haber convocado una protesta tras la acción de Durango, eludió la respuesta, aunque señaló que «las actitudes deben ser inequívocas en este tipo de cuestiones». «No necesariamente haber convocado a la sociedad, pero el rechazo demostrarlo palmariamente, de frente, y decir que por ahí no tienen nada que hacer», añadió.

Y es que, según lamentó, existe una «desmovilización» en la sociedad, y frente a ello consideró que organismos como el que él representa deben jugar un papel de «concienciación y sensibilización» para «deslegitimar el uso de la violencia».

También pidió «no usar las fiestas para legitimar cualquier acto violento» y, sobre la imposición de la bandera española, sostuvo que «no nos podemos enfrentar por tres trapos».