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Del silencio de José Luis Guerín al ruido de Mie Tekashi

Dos películas, «Sukiyaki Western Django», del japonés Miie Tekashi, y «En la ciudad de Sylvia», del catalán José Luis Guerín, enseñaron ayer en la 64 Mostra de Venecia dos formas opuestas de concebir el cine. Una con mucho silencio y otra muy ruidosa.

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GARA | VENECIA

En «Sukiyaki Western Django», Tekashi se encarga del «sencillo arte de matar», como dijo Raymond Chandler a propósito de la novela negra, con una película que recupera el spaguetti western. En el otro extremo, en «En la ciudad de Sylvia», Jose Luis Guerín muestra el difícil arte de lo sencillo con una obra tan fresca que recuerda a los hermanos Lumiére.

Basado en la guerra de los clanes Genji y los Heike, en el filme de Tekashi hay muertos y más muertos, junto a unos efectos especiales y exageraciones con los que se intenta reivindicar la calidad del género. Una calidad en alza desde que al cineasta estadounidense Quentin Tarantino se le ocurrió decir que sus «Kill Bill» estaban en deuda con los spaghetti western y desde que a los responsables de la Mostra se les pasó por la cabeza programar este año un ciclo del género con motivo del 75 aniversario del festival veneciano.

La inspiración de Quentin Tarantino en Tekashi llega hasta tal punto que el director japonés lo ha incluido como uno de sus actores en la película. De los cuarenta o cincuenta actores que aparecen en la película, sólo quedan tres vivos al final, uno de ellos un niño.

«El cine es raro»

«Casi todo el cine es rarísimo; casi nunca entiendo las películas que veo», confesó José Luis Guerín en una entrevista con EFE en la que dijo que su propuesta «En la ciudad de Sylvia» es la aceptación de la sencillez.

El argumento de la cinta es «nimio», como reconoce el propio Guerín. Se trata de un joven, interpretado por el actor Xavier Lafitte, que busca en la ciudad de Estrasburgo a una chica, que conoció seis años antes, y que termina por seguir a la mujer equivocada, interpretada por la actriz Pilar López de Ayala. A partir de ahí, la película está desnuda. No se sabe nada de los personajes y hasta la música es la propia al argumento del film; es decir, no es un recurso sino que está presente porque la aporta la gente que toca en la calle.

Suele decirse que un artista está comprometido con su trabajo sólo cuando arriesga y hace una apuesta; desde ese punto de vista Guerín, ganador del Premio Nacional español de Cinematografía y de un Goya al mejor documental con «En construcción» (2001), se la juega. Frente al ruido de los efectos especiales de Tekashi, Guerín aporta el silencio y el sonido ambiente. Además, en los noventa minutos que dura la cinta tan sólo existe un breve diálogo pasada la mitad.

«Si quitas trucos narrativos, acompañamientos musicales, efectos, es posible que no haya nada más cinematográfico que el cambio de expresión en un rostro. Emergen cualidades muy íntimas del cine de una intensidad grande», explica Guerín. Existe hasta un «vaciado de los personajes», de los que no se sabe absolutamente nada. Pero, de esa forma, el cineasta logra un espectador y no un consumidor, como él mismo desea, ya que el público tiene que participar para rellenar con su imaginación todo aquello que no sabe.

Guerín quiere, según ha explicado, «crear un espacio de serenidad adecuado para poder relacionarse con las ideas, con las imágenes, con los sonidos» y «entablar un diálogo» entre él y el espectador.

Tim Burton vive su gran día

El cineasta estadounidense Tim Burton expresó ayer su satisfacción por el León de Oro en honor a su carrera que recibió en la Mostra, una estatuilla que considera «mucho más hermosa que un hombre desnudo», en alusión al Oscar. Burton (Burbank, 1958), con sus inseparables lentes oscuras y cabellos alborotados, recibió un aplauso de casi dos minutos a su entrada a la abarrotada sala de prensa. El autor de «Batman» (1989) y «Ed Wood» (1994) recalcó que él siempre busca «mantener tan humano como pueda el proceso de filmar», y que pocas cosas ve tan agradables como «estar en un set de rodaje». Cuando iba de joven al cine «me gustaba la magia de ver las cosas y no saber cómo se hacían; ahora todo el mundo ha visto antes un 'cómo se hizo' y lo sabe. Eso va un poco contra la magia de la pantalla», destacó. Respecto a su nuevo trabajo, «Sweeney Todd», un musical protagonizado por Johnny Depp, subrayó que prefería no decir a qué género pertenecía. «No quiero aventurar que es una comedia, y que luego la gente no se ría, o que lo haga, después de haber asegurado que era un drama». GARA

UN DIÁLOGO

Frente al ruido de los efectos especiales de Tekashi, Guerín aporta el silencio y el sonido ambiente. En los 90 minutos que dura la película tan sólo hay un breve diálogo pasada la mitad.

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