La decisión del gobierno de coalición PNV y EA en la Diputación de Gipuzkoa de situar tipo general del Impuesto de Sociedades en el 30%, dos puntos por encima del acordado en Bizkaia y Araba, provocó ayer críticas directas desde la patronal vasca Confebask y del diputado general de Araba, Xabier Agirre.

El titular de a Administración foral alavesa dijo que «no es una buena noticia» y los empresarios vascos aseguraron que la decisión es «grave» y «tendrá unos efectos negativos que podría ocasionar no sólo a las empresas guipuzcoanas, a las que discrimina, sino también al conjunto de las empresas vascas teniendo en cuenta el momento de cuestionamiento que vive nuestra fiscalidad».

En el debate también se apeló a la posibilidad que tiene el Gobierno de Lakua de plantear en el Parlamento de Gasteiz que se aplique la legislación sobre armonización fiscal, lo que obligará a las tres haciendas forales a fijar el mismo tipo. Una actuación, que hasta la fecha, nunca se ha utilizado. Sin embargo, unos y otros, se olvidan, como recordó ayer LAB, de que las empresas no pagan, en realidad, ni el 32,6%, ni el 30% ni el 28%, ya que el tipo efectivo medio de las empresas de Gipuzkoa se situó en el 15,5%, aunque la media de la CAV ascendió al 17,5%.

Otro tema que quedó claro es que han sido los socios de la Diputación de Gipuzkoa los que han buscado un sistema alternativo de incentivos para evitar los desequilibrios en el conjunto del Impuesto de Sociedades, al contar con nuevos incentivos a fin de pagar menos.

LAB aseguró que la rebaja de impuestos «supone un recorte en los ingresos públicos que deberían destinarse a cubrir las necesidades sociales». También insistió en que la presión fiscal para los empresarios es «baja».