El responsable del área económica de la OCDE, Jean-Philippe Cotis, aseguró ayer en París que la economía de la zona euro crecerá una décima por debajo de los previsto, es decir al 2,6%, y añadió que la estadounidense crecerá un 1,9%, dos décimas por debajo de la anterior previsión.

El informe sobre las perspectivas de la economía mundial reconoce que la crisis financiera pasará factura. Cotis no adelantó en cuánto, pero recomendó «un rápido recorte en las tasas de interés para limitar el impacto de las turbulencias en los mercados financieros por los problemas en los sectores hipotecario e inmobiliario».

La OCDE considera que es imposible evaluar el impacto directo que tendrá la crisis financiera por el impago de los créditos de alto riesgo, pero sí que especificó que «ese proceso podría haber profundizado la desaceleración en la industria inmobiliaria estadounidense. Los riesgos se han vuelto más visibles» dijo en un comunicado el economista jefe de la OCDE, Jean-Philippe Cotis, quien no descartó un proceso de recesión en Estados Unidos.

Recomendó a la Reserva Federal de Estados Unidos que recorte su tasa de interés en un cuarto de punto este mes para apuntalar la economía, aunque sugirió que no vaya tan lejos para no dar la idea a los inversores de que las autoridades saldrán siempre a su rescate. La OCDE confirma en su informe económico que «los recientes acontecimientos han mostrado serias imperfecciones en el funcionamiento de los mercados estadounidenses, y a un nivel más amplio, en los mercados de crédito alrededor del mundo». Por eso, dijo que «nuestro diagnóstico es una desaceleración. No podemos descartar una recesión», agregó el economista. Para él, se espera que en Europa el crecimiento se mantenga, pero se mostró prudente, porque «no sabemos cómo afectará esa turbulencia».

Por otro lado, el organismo para el desarrollo económico UNCTAD, dependiente de la ONU, informó ayer que la economía mundial seguirá creciendo a un ritmo del 3,4%, pero reconoció que la crisis financiera «ha añadido un nivel de vulnerabilidad, que puede trasladarse a todas las economías». Por eso, recomendó una mayor cooperación regional «para reducir ese alto riesgo existente».