Primero fue la colocación de la bandera española en el salón de plenos; luego la retirada de las fotos de los presos lizartzarras; poco después la orden de limpieza de las pintadas; y ahora, la izada de la enseña rojigualda en la balconada de la Casa Consistorial. La alcaldesa, Regina Otaola, y su partido, el PP, continúan con paso firme en su intención de «normalizar la convivencia y ganar la libertad» en Lizartza, tal como anunciaron en el pleno de investidura.

La mañana del día en que comenzaban las fiestas de la Virgen en la localidad guipuzcoana resultó tensa. La Corporación había convocado un pleno para las 8.30, y media hora antes un grupo de vecinos ya se había concentrado con ikurriñas ante el Ayuntamiento. A la hora de la sesión, varios de ellos intentaron acceder al Consistorio, pero se lo impidió la Ertzaintza, que desplegó un amplio dispositivo que incluía a numerosos agentes de paisano.

Sobre las 9.15, poco después de que quienes portaban la pancarta fueran identificados por los ertzainas e informados de que se les abrirá expediente (se vivieron momentos de tensión cuando los vecinos pidieron a los agentes que les hablaran en euskara y éstos respondieron que si persistían en su actitud serían llevados «a la base»), la primera edil y el resto de concejales del PP salieron al balcón y procedieron a izar la enseña del pueblo, la ikurriña y la española. En esos momentos, se sucedieron los gritos de «Ikurrina geurea» y «Otaola kanpora», que fueron replicados por los miembros de la Corporación con aplausos y frases como «nosotros también somos de aquí».

Dos citaciones judiciales

Los ediles abandonaron el pueblo sobre las 9.45, otra vez entre las protestas de los encartelados. Pero la cosa no acabó ahí, ya que poco antes de la una, según explicaron vecinos a GARA, aparecieron en la plaza ertzainas para hacer entrega de sendas citaciones a dos personas, que deberán comparecer el miércoles. A una se le acusa de un supuesto delito de «amenazas» y a la otra de «injurias».

Los dos hombres habían sido identificados en el transcurso de la concentración por orden de la propia Otaola, quien posteriormente indicó en un comunicado que el primero de ellos le espetó «vas a morir» y que el segundo mostró un cartel en el que se leía «Otaola, cabrona». Ha interpuesto sendas denuncias en el Juzgado de Tolosa.

Agregó que el objetivo de su partido pasa por «hacer cumplir la ley y proteger la libertad de los ciudadanos, aparte de gestionar los asuntos que tiene pendientes Lizartza. Esta Corporación pretende que los habitantes de Lizartza gocen cada vez de mayor libertad».

Esa misma apelación a la legalidad fue esgrimida por el PP para argumentar la izada de las tres enseñas «constitucionales», lo que ha derivado que en Lizartza ondee la española por vez primera desde el franquismo.