MSF alerta de graves efectos del seísmo de Perú y pide a las ONG que se queden
Médicos Sin Fronteras (MSF) advirtió a los organismos humanitarios de «los riesgos que implica su marcha constante» de las poblaciones afectadas por el terremoto que asoló el suroeste de Perú. «Los daños son muy graves como para que se olvide tan rápido», subrayó.
GARA |
Médicos Sin Fronteras advirtió ayer de que «los efectos del terremoto» que sacudió el suroeste de Perú el pasado mes «continúan haciendo un daño enorme en la salud de los afectados» y, por ello, alertó sobre «los riesgos que implica la marcha constante de las organizaciones de ayuda». Luis Encinas, coordinador del equipo de intervención de MSF en el terremoto, consideró, en un comunicado, «muy peligroso» que pueda extenderse «una idea falsa de que ya no hay nada que hacer» en la zona afectada, ya que «los daños en la salud de las personas y en las infraestructuras son muy graves como para que se olvide tan rápido a las víctimas del terremoto». La organización ha intensificado sus labores de atención médica, sicológica y de agua y saneamiento para paliar los peores efectos del seísmo, como el alto índice de enfermedades respiratorias, diarreas y traumas.
Las afecciones más urgentes y complicadas de tratar inmediatamente después de una catástrofe son, según MSF, las relacionadas con la salud mental. Hasta el momento, ha tratado a unas 2.200 personas. De las 1.000 personas heridas que fueron atendidas en hospitales de Lima, unas 600 procedía de Pisco. MSF resalta, a este respecto, que muchas serán dadas de alta en breve y que necesitarán atención post-operatoria y rehabilitación fisioterapéutica. Además, la condiciones higiénicas en Pisco siguen siendo preocupantes, habiendo sólo una letrina por cada 147 habitantes.
En Guadalupe, el equipo formado por un médico y una enfermera ha realizado entre 20 y 30 visitas familiares cada día, hallando un buen número de personas aún con heridas y fracturas, que no habían recibido atención previa alguna.
Entre las afecciones más urgentes y complicadas de tratar tras una catástrofe de esta magnitud están, según subraya este organismo, las relacionadas con la salud mental. Hasta el momento, ha tratado a unas 2.200 personas.