Cuando vinieron a buscar a los nacionalistas, guardé silencio, porque yo no era nacionalista. Cuando cerraron revistas y periódicos, no protesté, porque yo leía otros. Cuando encarcelaron a los independentistas, guardé silencio, porque yo no era independentista. Cuando ilegalizaron partidos políticos, no protesté, porque yo no era político.

Y cuando finalmente vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.