Las mancomunidades de Sasieta y Urola advirtieron ayer a la nueva presidencia de la de San Marcos, compuesta por ANV y EB, que el «ejercicio de solidaridad» por parte de los vertederos de Beasain, Azpeitia y Zarautz está «estrictamente vinculado a la construcción común y compartida» de una incineradora de residuos, ya que «en esos términos precisamente fue acordado y reflejado en el Convenio de Colaboración».

Por ello, incidieron en que si no se construye esa incineradora «tampoco hay trasvase solidario de residuos, porque la solidaridad no es unilateral sino recíproca». Además, afirmaron que no aceptarán que «unilateralmente se rompan consensos institucionales arduamente alcanzados».

En ese sentido, recordaron que «fruto del buen entendimiento» al final de la anterior legislatura se acordó cerrar de forma escalonada el vertedero de San Marcos, trasladar progresivamente los residuos urbanos a los de Sasieta (Beasain), Lapatx (Azpeitia) y Urteta (Zarautz), «asumiendo las tres mancomunidades receptoras el irremisible y rápido agotamiento de sus vertederos, estableciendo su cierre definitivo en julio de 2009», y construir como contrapartida una incineradora en el término municipal de Donostia, todo ello dentro del Plan Integral de Gestión de Residuos Urbanos de Gipuzkoa.

El PSE, responsable

Por otra parte, la Diputación de Gipuzkoa dijo ayer que la nueva situación creada en la Mancomunidad de San Marcos es «responsabilidad» del PSE y de los «pactos municipales» que este partido tiene con EB en Lasarte-Oria y Donostia.

El portavoz foral, Eneko Goia, se dirigió concretamente al secretario general del PSE de Gipuzkoa, Miguel Buen, quien, en su opinión, debe explicar «en qué consisten» los pactos con EB y en «qué afectan a los compromisos que habían adquirido hasta la fecha» los dirigentes del PSE.