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Por carta, sin esperar al Alderdi Eguna

Iñaki IRIONDO

Por carta a un concreto grupo de periódicos. Así se ha despedido Josu Jon Imaz. Podía haber esperado un par de semanas y anunciarlo en la celebración del Alderdi Eguna, el próximo día 30. Pero los actos públicos ante la militancia, que exigen dosis de emocionalidad, no han sido el fuerte de este presidente del EBB. Se ha mostrado siempre más cómodo en comparecencias ante aforos más limitados y cualificados donde los discursos se atan al milímetro por escrito o, últimamente, en artículos de opinión en la prensa.

Josu Jon Imaz ha intentado hacer una reformulación de las bases del PNV en lo que consideraba que era un ejercicio de modernización y adaptación a los tiempos, pero le ha faltado la fuerza interna suficiente para poder llevarlo a cabo. Imaz alcanzó la presidencia del EBB tras una dura (y sucia) lucha interna con Joseba Egibar, con menos votos que su contrincante y gracias al complejo sistema «confederal» del partido. Esto minó su liderazgo desde el principio. Tampoco le ayudó el que muchas de sus mayores y más arriesgadas apuestas personales -como la idea de la cosoberanía, la de «cautivar a España» o su artículo cuestionando la consulta- las hiciera públicas sin pasar primero por los órganos reglamentarios del partido. Imaz ha sido más elogiado desde fuera del nacionalismo vasco -Felipe González dijo recientemente que «es lo mejor que le ha pasado al País Vasco» y el PSOE en general nunca ha dejado de echarle flores en contraposición a la constante crítica al lehendakari- que dentro, donde muchas de sus palabras y actitudes han soliviantado a un importante sector de su partido y del conjunto del electorado abertzale.

Imaz ha huido siempre de la confrontación con una excepción: la izquierda abertzale, contra la que desde Lakua y desde Sabin Etxea se ha mostrado siempre activamente beligerante.

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