Según Wikipedia, ucronía es «un subgénero de la ciencia ficción (...) que se caracteriza porque la trama transcurre en un mundo desarrollado a partir de un punto en el pasado en el que algún acontecimiento sucedió de forma diferente a como lo ha hecho en realidad».

Se me ha ocurrido que imaginar un escenario diferente al que finalmente se ha impuesto nos ayudaría a comprender mejor la espantá de Josu Jon Imaz.

Imaginemos que en otoño de 2006 se hubiera firmado un acuerdo político entre Batasuna, PNV y PSOE, incluyendo un compromiso directo y explícito del PSN. Se trataría de un pacto centrado en el reconocimiento de Euskal Herria, la capacidad de decisión y la articulación de mecanismos para dejar atrás la partición, desde una coincidencia en que nuestra sociedad iba a ser la que democráticamente rigiera su propio destino. Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa afrontarían así una transición hacia una nueva autonomía a cuatro, en la que Nafarroa se dotaría de su propio estatus.

Supongamos que ese acuerdo, que no tendría por qué haberse hecho público en ese momento, habría venido acompañado de un compromiso entre ETA y el Gobierno español, (y se intentaría implicar al francés), que concretaría un calendario de desarme, desmilitarización de Euskal Herria, garantías para el ejercicio de las libertades democráticas y un horizonte de regreso de exiliados y excarcelación de los presos políticos. Supongamos que también comenzaba un diálogo para afrontar una futura autonomía de Nafarroa Beherea, Lapurdi y Zuberoa.

Imaginemos que el clima de esperanza y los pasos dados por ETA y los gobiernos español y francés se reflejaban en las elecciones de mayo, a las que la izquierda abertzale concurría con sus siglas. Los peor parados eran UPN-PP, vistos como enemigos de la paz y la solución. Se producía un cambio político radical en Nafarroa. Supongamos, finalmente, que en este escenario el liderazgo de Imaz en el PNV se reforzaba al aparecer como un político valiente que había contribuido de manera personal y directa a poner a Euskal Herria en una nueva fase histórica.

Supongamos todo esto y entenderemos mejor por qué se va.