Maite Soroa
El abrazo del oso Ansón
Ahora que J.J. se va para Barranquilla, todo el mundo se siente en la imperiosa necesidad de escribir sobre ello. Y de la necesidad nace la necedad, ya se sabe.
Destacaría el artículo de Luis María Ansón en «El Mundo». El título lo decía casi todo: «Imaz, puteado por Zapatero». ¡Y yo que pensaba que eran coleguitas! Recordaba Ansón lo que dijo en su día Felipe González: «Es un hombre inteligente y serio. Tiene una posición razonable. Hay que entenderse con él». Lo dijo porque al parecer «eran ciertas las cualidades y posiciones moderadas del presidente del PNV; en segundo lugar, porque en vez de contar con él para todo, desde Moncloa se le puteaba de forma inmisericorde». A ver cómo ha sido eso: «En la negociación política mantenida con Eta, José Luis Rodríguez Zapatero se quedó sin el PNV. Los nacionalistas moderados, liderados por Imaz, se dieron cuenta de que la política zapatética terminará, cuando se juegue el segundo tiempo del partido, entregando el poder a la banda terrorista. Así es que decidieron no participar en el proceso de rendición». Eso ya lo había oído yo antes.
Lo que pasa, según Ansón es que «ETA no quiere una parte del poder. Quiere todo el poder, lo que significa el desplazamiento del PNV después de treinta años de mangonear en el País Vasco, de firmar casi todos los contratos, casi todas las contratas, de recoger las nueces caídas del árbol agitado por los etarras». A ver en qué quedamos: o es un tipo serio o un mangante.
El trasunto es que, según el vetusto monárquico, «La Eta (...) conseguirá la anexión de Navarra y la autodeterminación y se encaramará al poder en Vitoria. Los sectores extremistas del PNV se integrarán en la operación y (...) los sectores moderados quedarán marginados, cuando no laminados».
No cesan las loas al dimisionario y sentencia: «A Imaz, un nacionalista moderado con el que cabía el entendimiento, Zapatero le ha dejado sólo. Frente al soberanismo tórpido de Ibarreche, el presidente del Euzkadi Buru Batzar se había instalado en el pactismo de los últimos años de Sabino Arana. (...) Desde Moncloa no se ha sabido o no se ha querido respaldar de verdad la solidez de Imaz frente al membrillo Ibarreche. Mal asunto para los que defienden la España de la Constitución». Olé, olé y olé.
