La UE ultima un plan-señuelo para atraer a los emigrantes cualificados
La UE-fortaleza que blinda sus fronteras provocando la muerte de miles de personas en las costas africanas, e incluso en las montañas del este oriental, presentará en octubre un plan para atraer a la inmigración cualificada y hacer así frente al envejecimiento de la población en Europa. Se trata de la «carta azul». Inspirada en la famosa «carta verde» estadounidense, la UE es alumna aventajada en las peores asignaturas que imparte el imperio aliado.
GARA |
La Comisión Europea presentará el 23 de octubre su proyecto de creación de un nuevo permiso de trabajo y residencia para inmigrantes altamente cualificados. Se trata de la «carta azul» y se inspira en la «carta verde» estadounidense.
El objetivo es hacer frente a la escasez de mano de obra en ámbitos específicos en una Unión Europea afectada por el envejecimiento de su población.
Según los datos ofrecidos por el Ejecutivo de Bruselas, la mitad de los inmigrantes originarios de países mediterráneos, de Oriente Medio y de Africa titulares de un diploma universitario residen en Canadá o EEUU, mientras que los países miembros de la UE acogen actualmente al 85% de los que no tienen estudios superiores.
La «carta azul» reconocería al inmigrante cualificado «el derecho» de trabajar en un Estado miembro por un período de dos años, renovable.
Tras este período inicial, podría ir a trabajar a otros países de la UE «bajo determinadas condiciones». La iniciativa planea que puedan acumular los períodos de residencia legal en distitnos estados para obtener más rápidamente el permiso de larga duración.
La Comisión Europea cifra en 18,5 millones de personas los inmigrantes con papeles en la Unión, cerca del 4% del conjunto de la población.
Fuga de cerebros
No faltan las críticas que recuerdan que estas políticas favorecen las fugas de cerebros de zonas castigadas como Africa.
El comisario de Justicia, Libertad y Seguridad, Franco Frattini, reconoce esta cuestión pero asegura que los trabajadores cualificados ejercen presión positiva sobre los mercados laborales de sus países de origen, que a su vez cuentan con las remesas enviadas por los emigrantes y en ocasiones con el retorno de algunos de sus conciudadanos.
Tres hermanas chechenas de 6, 8 y 13 años de edad han sido halladas muertas de inanición y frío en las montañas del sureste de Polonia tras haber logrado atravesar clandestinamente la frontera desde Ucrania.
Su madre y la cuarta hermana, de dos años de edad, fueron halladas al borde de la extenuación y trasladadas al hospital de urgencia. Fue precisamente la madre, interceptada a varios kilómetros de la frontera con Ucrania, la que señaló el lugar donde estaban sus hijas muertas. «La madre, una ciudadana rusa de nacionalidad chechena, informó a la patrulla que la encontró de que sus hijas estaban muertas en lo alto de una montaña a cinco kilómetros de distancia», señaló un portavoz de la guardia de fronteras polaca. Esta fuente aseguró que la temperatura ha bajado en los últimos días y que baja de los cero grados por la tarde.
En el primer semestre de 2007, han sido detenidas en la frontera polaca 350 personas.
Decenas de miles de chechenos han huido en las dos invasiones rusas de los últimos años. Hacinadas en campos de refugiados, Moscú les fuerza a regresar a su patria destruida.
Al menos 56 africanos, la mayoría etíopes y somalíes, han muerto en los últimos días en la peligrosa travesía en embarcaciones de traficantes por el Golfo de Adén hasta Yemen, informó ayer el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
La mayoría de las víctimas pereció ahogada o como consecuencia de los golpes propinados por los traficantes. Asimismo, diversos testimonios recogidos por ACNUR revelan que algunos emigrantes fueron atacados por militares yemeníes cuando alcanzaron el país árabe.
Desde el 3 de septiembre han llegado hasta las costas de Yemen doce barcos que transportaban a 925 inmigrantes. Otro tuvo problemas en su travesía tras partir de la costa somalí y, al parecer, un número indeterminado de inmigrantes fueron lanzados al agua, de los que al menos un centenar lograron llegar a tierra tras seis días a la deriva y pese a los tiburones.
Al menos 367 inmigrantes han muerto en lo que va de año y otros 118 han desaparecido en el Golfo de Adén en su intento por llegar a Yemen y, desde allí, emprender la ruta hacia Arabia Saudí.