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Una sonda japonesa relanza la carrera espacial hacia la Luna

Después de tres décadas de olvido, la Luna ha vuelto a entrar en los planes de las agencias espaciales mundiales. Hace tres años fueron los europeos con la Smart-1, y la NASA ya se ha fijado volver a pisar suelo lunar para 2020. Ayer, Japón se sumó a esa carrera al lanzar su sonda Kaguya, que orbitará un año nuestro satélite. Y China no ha dicho aún su última palabra.

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Joseba VIVANCO |

Orbitará alrededor de la Tierra dos veces antes de viajar hacia la Luna, donde está previsto que llegue dentro de 20 días para orbitar a cien kilómetros de su superficie. Es el satélite Kayuga, lanzado ayer con éxito en lo que supone la irrupción de Japón en el concurrido retorno de la carrera espacial hacia nuestro satélite natural, situado a 380.000 kilómetros. Tan cerca y tan lejos. Entre los Apollo y el Kaguya han seguido enviándose misiones a la Luna, como el Clementine en 1994 y el Lunar Prospector en 1998, pero el último alunizaje se remonta a 1976, a cargo del vehículo soviético LUNA 24.

La aventura lunar nipona ha cosechado un doble éxito, ya que ha logrado adelantarse a la misión china Change I, prevista para el segundo semestre de este año. Muchos expertos habían asistido con interés a la carrera espacial entre las dos grandes potencias asiáticas, pues sus misiones lunares están entre las más ambiciosas de las que se organizan actualmente a la espera de la que planea la NASA, que pretende volver a colocar un ser humano en la Luna en 2020.

Aunque Japón ha lanzado antes su satélite y defiende que su programa espacial es técnicamente superior y logrará más avances científicos, la misión china, además de orbitar la Luna, tiene previsto un alunizaje. La misión japonesa recopilará durante cerca de un año información para tratar de resolver «el misterio de cuándo y cómo fue creada la Luna».

Este nuevo lanzamiento se produce cuando hace apenas unos días se cumplía un año desde que la Agencia Espacial Europea (ESA) estrellara contra el suelo lunar la sonda Smart-1, después de tres años orbitando la Luna y analizándola. Fue el puente necesario para misiones como la ahora lanzada por Japón, y que no será la última.

En la primavera de 2008, le tocará el turno al Chandrayaan-1 indio. Y la NASA prepara las sondas Lunar Reconnaissance Orbiter y Lunar Crater Observation and Sensing, cuyo lanzamiento se prevé para finales de ese año.

«Desde el momento del alunizaje final de Smart-1 a 2 km/s», decía hace unos días el director de la misión europea, Bernard Foing, «todo el mundo pregunta: ¿cuándo Europa aterrizará suavemente sobre la luna?». En el contexto del programa de exploración ``Aurora» de la ESA y de sus actividades preliminares para una misión de ida y vuelta a Marte, se hizo una llamada pública de ideas para la misión Next Exploration Science and Technology (NEXT) en abril de 2007. Esta llamada dio lugar a más de 70 respuestas, incluyendo más de 30 ofertas lunares. Pero, de momento, son ofertas.

La Luna está de nuevo en el punto de mira de las principales agencias espaciales. La NASA proyecta construir una base permanente en su suelo en 2024, contando con que antes, en 2020, se cumpla su objetivo de que un nuevo Neil Amstrong deje la huella de la bota sobre su polvo. Pero todos los expertos coinciden en que volver a la Luna y pisarla supondrá un enorme desembolso económico imposible de efectuar sin una apuesta decidida de los gobiernos. Y hoy por hoy no hay ni siquiera presupuestos.

La Luna, según un tratado de 1984, no firmado por EEUU, debe ser tratada como la Antártida, es decir, protegida medioambientalmente y no siendo explotada con fines comerciales. Pero además de trampolín del futuro salto hacia a la conquista humana de Marte, su suelo esconde grandes riquezas, caso del helio-3, que ni siquiera a la NASA se le escapan.

¿De quién es?

En principio, la Luna no es de nadie, a pesar de que se vendan hectáreas por internet. Pero un 25 de setiembre de 1954, un abogado chileno, Jenaro Gajardo Vera, registró ante notario que se declaraba dueño de ella desde 1857. Le costó 42.000 pesos. A su muerte en 1998, la legó a la Humanidad.

Premio de Google a quien haga alunizar un robot antes de 2013

El líder en búsquedas por Internet Google patrocinará un premio de 30 millones de dólares para un alunizaje no tripulado, siguiendo la huella de la recompensa de 10 millones de dólares de Ansari X que generó una carrera espacial entre entes privados.

Al igual que el Ansari X Prize, que obtuvieron en 2004 el diseñador Burt Rutan y el financista Paul Allen por los vuelos del SpaceShipOne, el Google Lunar X Prize está abierto a la industria privada y organizaciones no gubernamentales de todo el mundo, dijeron ayer sus organizadores. El primer premio es de 20 millones de dólares para quienes puedan aterrizar un vehículo robot no tripulado en la Luna, que avance 500 metros y envíe imágenes de vídeo a la tierra antes del 31 de diciembre de 2012. El premio disminuye a 15 millones si el vehículo aluniza tras esa fecha y antes del 31 de diciembre de 2014. Además, hay al menos 5 millones de dólares en bonos para metas como encontrar restos de los vuelos de las naves Apollo o de las exploraciones rusas, por hallar agua congelada o lograr que el aparato sobreviva a una noche lunar. GARA

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