Comenzar a sumar de tres en tres en casa es el objetivo con el que saltará el Athletic en la noche de hoy al césped de San Mamés, un estadio que la temporada pasada sólo pudo disfrutar de seis victorias ligueras, escaso bagaje que provocó la marcha renqueante del equipo.

Las cosas deben cambiar este año, o al menos en esas se han conjurado plantilla y entrenador, dispuestos a no dar tregua en propio campo para evitar pretéritas penurias. «Queremos dar sensación de poderío en nuestro estadio -decía ayer Caparrós- y que nuestros futbolistas de calidad estén alegres, sueltos y con descaro».

Todo hará falta para el que será el segundo examen en la Catedral de un plantel remozado al que, si bien todos sabemos que las prisas no son buenas consejeras, se le va a empezar a exigir que dé otra imagen bien diferente, especialmente cuando ejerce como local.

Claro que en las mismas está el Zaragoza, quien coincide con los vizcainos en haber sumado un único punto de momento. Los de Víctor Fernández aspiraban a estar entre los gallitos de la Liga y ya se han dado dos tortazos, cuando seguro que se las prometían muy felices con el inicio del calendario.

Para que la bestia maña no despierte -lleva sin hacerlo en San Mamés desde hace ya siete años-, el Athletic se verá obligado a hacer, como aseguró su técnico, «un magnífico partido en lo colectivo, con el nivel y la confianza necesaria que ya han mostrado mis jugadores».

Vuelven dos hombres básicos

Además de por la importancia del triple en juego, la noche futbolística estará marcada por el anhelado regreso de dos jugadores que han sido básicos en los últimos tiempos de la escuadra rojiblanca: Asier del Horno y Pablo Orbaiz.

El primero, pese a no estar al cien por cien, será titular ante la ausencia del sancionado Koikili, volviendo a ocupar ese lateral izquierdo en el que el Athletic no ha encontrado un sustituto de garantías desde la marcha del de Gallarta.

En cuanto al navarro, esperará su oportunidad en el banquillo, tras lesionarse de gravedad en la rodilla en un ya lejano 3 de diciembre del año pasado.