La batalla por la designación del nuevo primer japonés tras la dimisión de Shinzo Abe enfrentará a un veterano de la escena política, el moderado y discreto Yasuo Fukuda, y a un antiguo jefe de la diplomacia, Taro Aso, próximo a Abe.

Pero, en este clima de tensión, Fukuda, que ejerció como portavoz del Gobierno entre 2000 y 2004, parece ser el favorito. Fue el primero en anunciar oficialmente su candidatura a las elecciones que tendrán lugar el día 23. «Esta es una situación de emergencia, por lo que haré lo que debo hacer», manifestó ante los periodistas congregados en un hotel de Tokio.

Fukuda contaría con el apoyo del ministro de Asuntos Exteriores, Nobutaka Machimura, según el diario «Yomiuri», y con el del ex primer ministro Junichiro Koizumi. También el titular de Finanzas, Fukushiro Nukaga se inclinó a favor de Fukuda, firme defensor del acercamiento con China.

«Soy de su misma opinión respecto a la importancia de las relaciones con Asia y, después de hablar con él, decidí darle mi apoyo», declaró Nukaga.

Fukuda ha logrado congregar el respaldo de numerosos parlamentarios del PLD. Precisamente, al anunciar su candidatura, Aso criticó posibles «acuerdos» previos e instó a sus adversarios políticos a «jugar limpiamente». «La elección debe desarrollarse según las normas equitativas. El debate electoral debe ser abierto», subrayó el ex titular de Exteriores.

Crítica a Aso

Aso, hasta ahora considerado delfín de la política japonesa, ha recibido fuertes críticas por parte de algunos dirigentes del PLD que dudan de su capacidad para sacar al partido de la crisis que vive, profundizada por la brusca dimisión de Abe.

A finales de agosto, fue nombrado secretario general del derechista PLD, lo que le convertía en candidato natural para sustituir a Abe. Pero, todo apunta a que Fukuda le ha tomado la delantera. Según el politólogo Takao Toshikawa, «tiene la situación bajo control».

Debilitado por constantes escándalos, su falta de carisma y autoridad, Abe, el primer ministro más joven desde el final de la guerra, dejó su cargo el miércoles cuando no llevaba ni un año en el poder. Al día siguiente, el jueves, tuvo que ser ingresado por problemas gástricos vinculados a la tensión.