Selecciones nacionales
El deporte catalán topa con el veto español
El veto de la Federación Española de Fútbol al partido amistoso entre Catalunya y Estados Unidos previsto para el 14 de octubre ha puesto en evidencia, una vez más, las dificultades que tiene Catalunya para participar en las competiciones deportivas internacionales, principalmente por las objeciones españolas.
Laia ALTARRIBA
Xavier Vinyals es el presidente de la Plataforma ProSeleccions Esportives Catalanes. Frente a las actuales dificultades que está encontrando la selección catalana de fútbol para jugar el partido amistoso frente a Estados Unidos, muestra su indignación y denuncia que el Estado español está destinando una parte de sus fondos a evitar el reconocimiento de las selecciones catalanas, así como de las vascas: «Desde mi punto de vista, con esta actitud el Gobierno español está rayando la ilegalidad. ¿Cómo puede ser que el gobierno de un estado vaya en contra de una entidad que actúa dentro de la estricta legalidad? No se debe olvidar que las federaciones españolas pueden actuar gracias al apoyo de las instituciones del Estado, que son organismos que pagamos todos los ciudadanos». A pesar de estas dificultades, para Vinyals es muy importante recordar que «quien reconoce las selecciones catalanas no es la española, sino las internacionales, y es a ellas a quien debemos dirigirnos».
Este camino ya se ha empezado a abrir en los últimos años, pues Catalunya compite a nivel internacional en nueve disciplinas deportivas como selección reconocida oficialmente: carreras de montaña, fútbol sala, pitch & putt, twirling, fútbol australiano, patinaje, korfbal, raquetbol e icestock. La mayor parte ha logrado el reconocimiento en los últimos dos o tres años.
Vinyals se muestra convencido que en el futuro habrá más, puesto que «hay un paquete muy importante de federaciones catalanas que por estatutos y potencial tendrían la posibilidad de participar en federaciones deportivas internacionales».
Sobre el partido Catalunya-Estados Unidos, las esperanzas se mantenían vivas hasta hace unas horas. «Le mandamos una carta al señor Villar -presidente de la RFEF- para que reconsiderara su postura», indicaban desde la Federació Catalana de Futbol. La réplica llegó ayer mismo. El rechazo de la RFEF se mantiene.
El veto se hizo público el pasado 3 de setiembre. La reacción en Catalunya fue inmediata por parte de todos los sectores deportivos, políticos y sociales. Mario Ruiz celebra que «por primera vez hay unidad, esto es muy positivo. Era difícil, pero se ha logrado un posicionamiento unitario del Barça, el Español, la Secretaria General de l'Esport de la Generalitat y de los partidos políticos catalanes».
La secretaria general de l'Esport de la Generalitat, Anna Pruna, aseguraba que el partido se debía jugar «con autorización o sin ella» como «acto de soberanía». También Xavier Vinyals piensa que se debe jugar el partido diga lo que diga la RFEF: «Ya basta de pedir permiso, son dos entidades privadas. Ante las circunstancias actuales, la Federación Catalana debe mantener el tipo y jugar el partido con la selección que quiera jugar en las fechas propuestas».
El poder de la FIFA
El problema actual es, precisamente, que Estados Unidos no quiere jugar sin el permiso de los españoles. Mario Ruiz comprende la actitud de los americanos: «Por cómo está montado el negocio del fútbol, es lógico que los Estados Unidos no quieran enfrentarse a la FIFA. Son una selección que está en ascenso, y si quieren progresar deben evitar los problemas con la Federación Internacional». No hay que olvidar que Ángel María Villar es vicepresidente de la FIFA.
Pero a pesar de no querer enojar a Villar, Estados Unidos ha mandado una carta a la RFEF expresando su perplejidad con el veto y pidiendo que les den permiso. Y es que además del interés por jugar en Barcelona, Ruiz explica que por medio están también intereses económicos: «Si EEUU no juega va a perder 600.000 dólares, pues ya ha vendido una gran cantidad de entradas, los derechos de emisión y ha reservados vuelos para desplazar a los jugadores, técnicos y seguidores a Barcelona».
Los últimos días se han puesto alternativas encima de la mesa, como jugar en Perpinyà o en Suiza, aunque el representante de la Federació Catalana considera que son inviables, porque ninguna otra selección europea querrá enfrentarse a la española ofreciendo su terreno a la catalana. Así pues, las esperanzas actuales están depositadas en un posible cambio de fecha que satisfaga más a la RFEF o en la mediación que está haciendo La Caixa, que actualmente es el principal esponsor de la selección española.