GARA > Idatzia > Txokotik

Iñaki Lekuona Periodista

Una República a su imagen y semejanza

Creada por el general De Gaulle en 1958, la V República parece tener sus días contados. Ya en la década de los 90 los partidos, incluso los neogaullistas, veían la conveniencia de «modernizar» el sistema institucional. Jacques Chirac se propuso reformarlo, pero su descentralización quedó en coitus interruptus porque lo suyo no era voluntad de reformar, sino de deformar sin alterar la sustancia.

El nuevo inquilino del Elíseo, norteamericanófilo a la francesa, se ha propuesto lanzar una «gran reforma». Porque Nicolas Sarkozy quiere ser rey. Y como hiciera Carlomagno con el Papa León III, el presidente se ha buscado su propio pontífice para ser coronado: Edouard Balladur, quien fuera su mentor y candidato descalabrado al frente del neogaullismo.

Rescatado de las catacumbas de la política a donde le envió Chirac, el antiguo primer ministro se ha puesto al frente de la Comisión de revisión de las instituciones. Y deseoso de mostrar que aún está en forma, ha comenzado a recibir a los responsables de formaciones políticas con representación en la Asamblea Nacional y en el Senado, a responsables de administraciones, a empresarios... Balladur se da prisa, porque para finales de octubre tiene que tener un borrador que deberá ser refrendado en enero, antes de las municipales, en un congreso extraordinario de diputados y senadores que tendrá lugar en Versalles, ironías del destino, representación máxima del absolutismo.

Sarkozy quiere ser el nuevo Rey Sol, ostentar el poder absoluto, desea ser «presidente que gobierne» y no simplemente «que arbitre». Sarkozy quiere una República a la americana donde el jefe de Estado es también de gobierno y donde la centralidad se refuerce. Quiere una República a su imagen y semejanza.

Está por ver qué dirección tomarán tanto el PS como el partido de Bayrou, cuyos votos serán decisivos en el congreso de Versalles, donde una mayoría cualificada de 3/5 es imprescindible para que la nueva Constitución y la nueva República sean bendecidas. Lo que es seguro es que, haya o no fumata blanca en enero, nada cambiará para las naciones sin Estado como la vasca, la corsa o la bretona. Si no es a peor.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo