La Comisión Europea trabaja en el impulso del programa de la «flexiseguridad» como una fórmula para «hacer retroceder» la excesiva precariedad laboral que se extiende por la Unión Europea, según confirmó el comisario de Empleo, Vladimir Spidla, en una conferencia ante el Parlamento Europeo en Bruselas. Los trabajos más precarios, por otro lado, los sufren los trabajadores más jóvenes.

Recordó que los interlocutores sociales se han comprometido a realizar una análisis conjunto del mercado con el objetivo de «poner fin a los contratos atípicos en el trabajo» y determinar «cuál es el papel de la Administración europea en este proceso». Antes de tener el documento, Vladimir Spidla precisó que el trabajo precario es «una de las manifestaciones más claras y visibles de una tendencia general a la segmentación del mercado laboral».

Supone -a su juicio- crear dos grupos de trabajadores: por un lado, «quienes cuentan contratos indefinidos, bien remunerados y con una fuerte protección contra el despido» y, por otro lado, «quienes trabajan en condiciones precarias, con contratos temporales y salario escaso. No tienen formación continua y pocas perspectivas de desarrollo en la carrera, además de tener más probabilidades de sufrir un accidente de trabajo».

En la Unión Europea de los 27, más de 8,1 millones de trabajadores tiene contratos de trabajo temporal. Más de la mitad, 4,4 millones de esos contratos, son para jóvenes entre 18 y 25 años. Sin embargo, esa situación es más negativa en algunos países. En el Estado español, la tasa de temporalidad se encuentra en el 30,8% de la población, un punto por encima de la existente en Hego Euskal Herria. Sin embargo en el conjunto de la Unión Europea está en el 14,3%.

La precariedad entre los jóvenes se extiende, ya que seis de cada diez contratos de trabajo a menores de 25 años son temporales en el Estado español, frente a cinco de cada diez en el Estado francés y cuatro de cada diez de la media europea. El Estado español se encuentra en unos niveles insostenibles de temporalidad y las sucesivas reformas no han hecho variar la posición de la patronal que, en cambio, ha salido fortalecida de las mismas. De hecho, el nivel de temporalidad en el Estado español entre los jóvenes se encuentra en el 62,5%, sólo sobrepasado por Polonia y Eslovenia.

Ante esta situación, Spidla considera que se debe poner en marcha un programa de «flexiseguridad» que permita compaginar precisamente un sistema de flexibilidad en el empleo, pero con unas garantías directas para los contratos de trabajo. Afirmó, ante las críticas sindicales, que la Comisión Europea no busca «reducir la protección contra el despido, sino promover y facilitar la transición de un empleo a otro». En este sentido precisó que «debemos facilitar el acceso a un primer empleo y velar porque éste garantice una progresión en la carrera profesional». Reconoció que la legislación europea se tendrá que acompañar con desarrollos en cada estado.

Vladimir Spidla también recordó que trabaja en una Carta de Calidad para los jóvenes trabajadores en prácticas «de los que se abusa en las empresas».