Batasuna plantea qué pasaría si los muertos en accidente laboral fueran empresarios o políticos
GARA |
La muerte el pasado jueves del vecino de Iruñea Paul Enrique Parra, un joven de 24 años que resultó aplastado por el derrumbamiento de un muro cuando trabajaba en una zanja en el saneamiento de Ultzama, acumuló ayer reacciones de pesar y denuncias sindicales.
Batasuna, por su parte, fue tajante al señalar como responsables de la muerte al «Ayuntamiento de Ultzama. la empresa Fresneda y el Gobierno de Navarra» y criticó que «despachen» el accidente «con una simple nota y el protocolario lamento de patrón, alcalde y consejero». Reflexionó sobre «qué pasaría si en lugar de trabajadores fueran empresarios los fallecidos en el desempeño de su cargo» o políticos navarros, y opinó que en ese caso «seguro que la mayoría de los medios de comunicación llamarían a la `alarma social'» o «se movilizarían al máximo para articular medidas de choque», valoró.
Denunció la responsabilidad de las administraciones «al subcontratar sistemáticamente la ejecución de las obras públicas al mejor postor sin poner el menor empeño en garantizar que las obras las realicen empresas solventes con personal adecuadamente formado en condiciones de máxima seguridad».
Batasuna llamó a una concentración de denuncia frente a la sede de UPN en Iruñea el lunes, a las 19.30 horas.
Movilización el lunes
Los sindicatos ELA, LAB, ESK, CGT y STEE-EILAS anunciaron, por su parte, que el lunes se concentrarán en la calle Monasterio de la Oliva, a las 12.30, para denunciar el último accidente laboral mortal. Destacaron que por su condición de inmigrante Paul Enrique Parra «ha tenido que aguantar unos mayores niveles de precariedad laboral» y apuntaron que los riesgos para ese colectivo son un 15% superiores a los de la población autóctona.
UGT y CCOO denunciaron la muerte del trabajdor y reclamaron una investigación exhaustiva. UGT señaló que técnicos en prevención de riesgos del sindicato comprobaron en una visita a las obras que «el talud estaba sin estibar y que el trabajador fallecido se encontraba en el momento del siniestro en el lugar más profundo del pozo, concretamente a 2,5 metros de profundidad».