EEUU y la UE aumentan la presión sobre Myanmar ante la Asamblea de la ONU
EEUU y la UE aumentarán la presión sobre la junta militar de Myanmar en la Asamblea General de la ONU que se celebrará esta semana, a la vez que se suceden las manifestaciones de monjes budistas en el país. Ayer tuvo lugar la más multitudinaria de las últimas semanas.
GARA |
La 62 Asamblea General de la ONU será aprovechada para agudizar la campaña diplomática contra la junta militar de Myanmar y el apoyo a las protestas más importantes en el país desde hace años. La secretaria de Estado de EEUU, Condoleeza Rice, denunció el «régimen brutal en el poder» y dijo seguir «muy de cerca» la situación, justo antes de un encuentro con su homólogo chino, Yang Jiechi.
El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Miliband, aseguró el pasado viernes que este asunto se trataría en al asamblea en Nueva York, lo que demuestra «la preocupación de la comunidad internacional en un momento en que la situación en el país es especialmente tensa».
En el Consejo de Seguridad ya ha tenido lugar una sesión informativa sobre la misión del enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, a la antigua colonia británica.
Manifestaciones
La preocupación de EEUU y la UE no es ajena a que, mientras las sanciones que impusieron en la década de los noventa no han resultado eficaces, China, India y Tailandia trabajan con el Gobierno de Rangún para explotar los recursos naturales, sobre todo el gas.
En Rangún alrededor de 10.000 monjes budistas descalzos y portando imágenes de buda y banderas religiosas, continuaron ayer con las manifestaciones contra la junta militar en el poder, que han ido en aumento progresivo desde el pasado 19 de agosto debido al aumento de los precios de los carburantes y de los transportes.
La de ayer fue la sexta jornada consecutiva de manifestaciones, ahora lideradas por los monjes que han unido su movimiento al de los partidos de oposición. Los monjes, apoyados por otras decenas de miles de personas, que formaron una cadena humana a su alrededor, partieron de la pagoda Shwedagon, una de las principales atracciones turísticas de Myanmar y su número fue aumentando hasta llegar a la pagoda de Sule, en el centro de la ciudad.
Los militares no permitieron ayer un contacto con la opositora Aung San Suu Kyi, arrestada en su domicilio desde hace cuatro años, similar al del pasado sábado, cuando salió de su aislamiento forzado para saludar a un grupo que fue autorizado de forma excepcional a pasar ante su casa.
Los monjes pidieron por primera vez a la población que se manifieste. Reclamaron «la reconciliación nacional, el diálogo con los militares y la libertad de Aung San Suu Kyi y los otros presos políticos».