La musa austera
«La vida interior de M. Frost»
CRÍTICAS
Mikel INSAUSTI
Paul Auster ha ido pasando de la literatura al cine de forma gradual, tras empezar como guionista. Con Wayne Wang fue codirector de «Blue in the Face», para debutar en solitario gracias a «Lulu on the Bridge». Fue una primera realización un tanto casual, porque en principio se trataba de un argumento que había escrito para Wim Wenders. Su bautismo cinematográfico resultó algo precipitado, denotando la lógica torpeza de un debutante forzosamente amateur. Su segundo largometraje, en cambio, lo ha preparado a conciencia y merece un visionado más exigente. La personalidad del autor queda patente en el papel que se reserva como narrador, mediante el recurso de la voz en «off», junto con unos diálogos y una escenificación teatrales, toda vez que han sido escritos para un actor y una actriz que apenas salen del interior de una casa de campo. Da la impresión de que el señor Auster se ha equivocado de medio, en vista de que el lenguaje fílmico nada aporta o sugiere a su forma de contar.
Ignoro lo que ha podido ver Auster en este relato para querer plasmarlo en la pantalla, pero «La vida interior de Martin Frost» poco dice como filme, y tampoco difiere demasiado de las comedias que Hollywood ha hecho con las musas como protagonistas. La más reciente fue la que el actor cómico Albert Brooks dirigió hace ocho años, para exclusivo lucimiento de Sharon Stone. En «La musa» la curvilínea actriz era en efecto una materialización de una de las nueve hijas de Zeus, cuya inspiración se cotizaba muy alto entre los guionistas y directores de la industria del cine, hasta el punto de que James Cameron, Rob Reiner y Martin Scorsese contrataban sus servicios en plena crisis de ideas. Al alter ego de Auster le sale gratis, que para eso es un escritor de moda al que desean hasta las mismísimas musas. Los que aún no tienen nombre y no han logrado publicar, como el fontanero que escribe en horas libres, han de conformarse con otro tipo de musa menos preparada. Son los privilegios que se guarda para sí el creador de la obra, quien va reinventando según le conviene las reglas por las que se rigen estas criaturas del Olimpo, así que la suya se la queda en propiedad. Se aprovecha de que Kieslowski ya no está entre nosotros e Irène Jacob no ha encontrado otro cineasta fijo al que inspirar con su etérea presencia, con tal de llevársela a un irreal Portugal para neoyorquinos.
(Fuera de concurso)
Título original: «The inner life of Martin Frost».
Dirección: Paul Auster.
Int.: Irène Jacob, David Thewlis, Michael Imperioli, Sophie Auster.
País: Portugal-Estado español-Estado francés.
Duración: 93 minutos.