Raimundo Fitero
Al tiempo
Si ustedes no tienen la costumbre o el hábito de ver la televisión por la mañana, no saben que se están perdiendo las múltiples oportunidades que se ofrecen de recibir créditos al instante. No se trata de que esté atravesando una de esas sensaciones mentales del dejá vu, es que al realizar un sistemático chequeo matutino a las cadenas cada cierto tiempo, me siento en una caverna donde habitan los seres más fantásticos, ofreciendo una de las drogas más adictivas y destructivas que existen: el dinero fácil. Los anuncios, los anunciantes, los usureros disfrazados de donantes de liquidez, los traficantes... crecen de manera exponencial y copan los anuncios de todas las cadenas generalistas en unos horarios que tendrán muy bien estudiados para quebrar las voluntades de las personas más necesitadas en los momentos más cruciales.
En primer lugar me deja, me han dejado, y supongo que esto -si no lo impide un cambio climático que también afecte a la cordura de los habitantes de los territorios de usos capitalistas me dejará con una sospecha atravesando mi mínima fe en la casualidad. Es el horario de emisión de estos anuncios incitadores al endeudamiento salvaje de las familias o los individuos. En segundo lugar, su estética. Están pensados para convencer a los más débiles, económica, social y sicológicamente. Con decirles que en uno de estos anuncios incitadores al consumo de la droga es Carlos Sobera, lo tendríamos todo resuelto, pero es que algunos de ellos son, cuando menos, de empresas europeas y de difusión por algunas de las cadenas del viejo continente, por lo que en lugar con parabólica se puede ver al mismo tipo de traje rojo vendiendo en francés, alemán o español.
O sea, se trata de una multinacional del préstamo usurero, pero eso sí, rápido, inmediato, según cuentan, llamas y al instante te aparece alguien con tus seis mil euros. Oiga, es casi tan fácil como pedir una pizza. Nadie habla de los intereses leoninos, ni del desequilibrio que crean. La crisis hipotecaria está tocando a la puerta del adosado, pero la de los créditos fáciles y exprés, va a ser más demoledora y más extendida, porque tiene aires de clandestinidad. Al tiempo.