La coreana Meejeung Kim presentó su primer largometraje, «Shadows in the Palace», con el que además de optar a llevarse la codiciada Concha de Oro puede ganar el premio Fundación Altadis-Nuevos Directores.

La película, basada en la última parte de una dinastía que reinó en Corea desde el siglo XV al XX, cuenta con todos los aspectos típicos del cine de terror, espíritu incluido, y narra además, una historia de conspiraciones, todas ellas urdidas por mujeres y concubinas del rey.

La historia comienza con la muerte en extrañas circunstancias de una de las numerosas doncellas del palacio, Woinging. La médico imperial, Chun-ryung, empieza a investigar el caso pero se encontrará con historias de lo más rocambolescas.

Todas las sirvientas, que según aclaró Kim, solían ser entre 500 y 600, debían ser fieles al rey, «estaban casadas de alguna manera con el rey», aclaró. «No podían tener otro romance que no fuera con el rey. Estas mujeres formaban comunidades bajo estrictas normas, y si no cumplían con alguna eran duramente castigadas», añadió Kim.

De hecho, «Shadows in the Palace» muestra cómo eran estas comunidades, cuáles eran sus normas y jerarquía. También se puede ver el conocido como el Rito del Fuego. «La finalidad de este rito era recordar a estas mujeres la disciplina que debían seguir», dijo. Estas doncellas sólo podían acceder a un nivel social más alto si concebían un hijo del rey, por lo que muchas hacían casi cualquier cosa para conseguirlo.

La condición femenina

Pero el motivo por el que Kim decidió rodar esta historia y no otra es que «quería mostrar mi simpatía a todas esas mujeres que vivieron el condiciones infrahumanas. Quiero hacer pensar un poco más sobre la condición femenina en la historia», añadió. La película tiene un final que algún periodista calificó de «triste», a lo que Kim respondió que «más que triste, lo que quería conseguir con el final es que al espectador le recorra un escalofrío al acabar el filme por el horror que le produce. Es un deseo humano, me refiero al de dar miedo».