CRÓNICA | EL EUSKARA EN EL BANQUILLO
El fiscal cedió al son de «euskal herrian euskaraz...»
El juzgado número 1 de lo penal de bilbo dejó ayer visto para sentencia el juicio contra el euskaltzale gabi basañez, quien entonó ante el tribunal la canción «euskal herrian euskaraz», por la indefensión que le producía ser juzgado sin su abogado de confianza y con sistema de traducción. Mientras cantaba, el fiscal redujo la petición a doce meses.
Kepa PETRALANDA
El euskaltzale Gabi Basañez se enfrentaba a una petición fiscal de dos años por un delito de atentado, otros dos por lesiones y dos más por otro delito de desórdenes. Tan abultada petición responde a una actuación de la Ertzaintza ocurrida en Sopela hace trece años contra decenas de vecinos, entre ellos Basañez, que pretendieron plantarse ante la celebración de una corrida de toros durante las fiestas.
Con el paso de los años, este euskaltzale era el único que quedaba sin ser juzgado, una vez que prosperara la denuncia policial contra quienes intentaron una protesta pacífica. La demora, sin embargo, tiene que ver con el hecho de que Basañez haya reclamado en todo este tiempo ser juzgado en euskara.
Miembros del organismo Euskal Herrian Euskaraz, junto a integrantes de diferentes entidades euskaltzales y el director de Behatokia, Paul Bilbao, ofrecieron ayer su apoyo a Basañez, en una concentración que tuvo lugar en el exterior del Palacio de Justicia. El desenlace del juicio fue totalmente inesperado.
El abogado de Basañez, Alfontso Zenon, que no puedo defender a su cliente, lo explicó a la salida. «Gabi ha planteado que no acepta traducción, que no quiere ser juzgado en esas condiciones, con un abogado de oficio y traductor, y ha pedido que se le dejara abandonar la sala. No se ha tenido en cuenta y, al iniciarse la vista, Gabi ha empezado a cantar. La petición inicial era de seis años, por lo que debía estar en la Sala, no le podían dejar irse, pero mientras cantaba, el fiscal ha cambiado la petición, rebajándola a doce meses. Así sí era posible que el acusado abandonara la sala, que es lo que le ha indicado posteriormente el juez», relató a GARA.
El juicio se celebró, entonces, en ausencia del acusado y quedó visto para sentencia. Si finalmente hay condena será, a lo sumo, de doce meses.
«Lo que el traductor interpreta»
El propio Basañez recordó a la salida que «en 1994 se organizó una corrida de toros en fiestas de Sopela y la Ertzaintza cargó contra quienes mostrábamos nuestro rechazo. Doce personas acabamos en el hospital y registramos una denuncia contra la Ertzaintza por su actuación, que quedó archivada, mientras que la denuncia de la Ertzaintza contra nosotros fue aceptada».
Al iniciarse el juicio, hace seis años, Basañez pidió ser juzgado en euskara, «sin traducción, ya que si el juicio se celebra con traducción no tiene ningún valor lo que yo declare en euskara; lo que vale es lo que el traductor interpreta, en castellano».
Han pasado muchas cosas desde entonces, entre ellas, recuerda, «el planteamiento que nos hizo un juez euskaldun, en cuanto a que iba a solicitar un fiscal también euskaldun para la celebración de la vista, así como la grabación en vídeo de mi declaración, porque tendría valor como acta». Al parecer, al citado juez le abrieron diligencias por hacer esa propuesta.
Este euskaltzale recibió posteriormente otras dos citaciones «y en ambas solicité a mi abogado que acudiera en mi nombre. Mantenía que si se celebraba la vista con traductor se conculcaban mis derechos; por ese motivo abrieron diligencias contra mi abogado y le apartaron, designando a uno de oficio». Jueces de la Audiencia de Bizkaia y abogados de la Comisión de Euskara del Colegio de este herrialde pidieron al Tribunal Supremo realizar el juicio sin traductor, porque valoraron que la ley asiste a Basañez; el Supremo rechazó la petición.