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«No es una película de Mignogna, pero estaría de acuerdo con el resultado»

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GARA | MADRID

ricardo darín

actor y director de «la señal»

El actor argentino Ricardo Darín se pasa a la dirección de la mano de su amigo Eduardo Mignogna. Tras la muerte de éste en otoño del año pasado, recogió el guión de «La señal», película que, además de dirigir, protagoniza. Tras verle en títulos como «El hijo de la novia» o «El mismo amor la misma lluvia», Darín se convierte ahora en un detective de la Argentina de los años cincuenta.

Ricardo Darín recoge el testigo de su amigo Eduardo Mignogna, fallecido en octubre del año pasado, y dirige su primer largometraje, «La señal». El actor argentino también protagoniza este filme de género negro, ambientado en la Argentina de 1952, junto a Diego Peretti y Julieta Díaz.

Se trata de un guión que Mignogna no pudo hacer realidad y que gracias a Darín ha podido llevarse a la gran pantalla. «Esta película podría ser de Mignogna si fuera más esperanzadora, porque él tenía un gran sentido del humor, era inteligente... Pero no es una película de Mignogna. Elegimos un camino diferente y no nos dejamos influenciar por él», explicó en el pre-estreno en Madrid Darín, que codirige la cinta junto a Martín Hodara.

No obstante, afirmó que seguro que el director de películas como «El faro del Sur», «El viento», «La fuga» o «Sol de otoño» estaría de acuerdo con el resultado final de «La señal», en la que han intentado plasmar «los valores y códigos de una generación» presentes en la novela de Eduardo Mignogna y de una época, justo los días en que Eva Perón agoniza.

«No sé si Mignogna sería `peronista', pero sí `evista'; no es casualidad que esté ambientada en ese momento», precisó Darín, que en «La señal» da vida a un mediocre detective privado que se ve envuelto en una historia de traición y ambiciones. Contratado por una hermosa mujer para lo que, en principio, parece un trabajo de seguimiento, descubre un entramado violento donde quien parecía ser la víctima es, en realidad, el verdugo. «Mignogna utiliza a Evita como valor más elevado de la historia», apuntó.

Capacidad evocadora

Sobre la capacidad evocadora del filme, Darín reconoció que las influencias de películas de género era imprescindible. «Queríamos una película de género negro, pero buscando el equilibrio y la verosimilitud, sin llegar a lo acartonado, más digerible», prosiguió el protagonista de filmes como «El hijo de la novia» o «El mismo amor la misma lluvia».

Darín, que todavía no se plantea volver a dirigir a menos que encuentre «un cuento que tenga claro en la cabeza», reconoció que ponerse por primera vez detrás de las cámaras le ha proporcionado «una mirada totalizadora» y «aprender a descubrir el origen de un gesto». «Ha sido mucho sacrificio, pero aprendí mucho. Además de ser una primera experiencia se unía lo sentimental por la muerte de Mignogna, que me hace valorarlo mucho más», subrayó.

Respecto a meterse en papeles de época, el argentino señaló que siempre le pareció «facilista» ver a los grandes actores cambiar de registro al enfundarse unos trajes de otra época. Pero que, en esta ocasión, ha comprobado que «vestirse de cierta forma condiciona en la forma de andar, de pararte... Uno empieza a comportarse de otra manera», opinó.

Fotografía y música

La fotografía de «La señal» también fue muy importante. Y pese a que en un principio se plantearon rodar en blanco y negro, finalmente optaron por un proceso de «descromatización». «En Buenos Aires no es fácil hacer una reconstrucción de los años cincuenta, todos los rincones están intoxicados de modernidad», afirmó, agregando que con la música buscaron «el equilibrio entre la argentinidad de los tangos y el jazz».

El actor Diego Peretti, a quien el público está más acostumbrado a ver en registros de comedia («No sos vos, soy yo» o «Quién dice que es fácil») reconoció el «temor de estar a la altura de las circunstancias» en su papel de Santana, amigo y socio de Corvalán, personaje que interpreta Darín.

«No es una historia cotidiana con la que identificarse, sobre todo porque se trata de espiar la vida de otros y estar al borde de la justicia», dijo sobre una actuación «negra y seca». «Los personajes muestran su vulnerabilidad y tienen los valores de aquella época», concluyó.

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