El último vaquero
«En el valle»
El joven realizador independiente David Jacobson, del que sólo se conocía su film terrorífico «Dahmer», alcanzó cierto prestigio internacional gracias al Festival de Cannes, donde «En el valle» fue incluido dentro de la sección Una Cierta Mirada. Es una obra nostálgica que ha despertado simpatías por su mirada perdida hacia el western. A diferencia de otros westerns urbanos, como pueda ser «El jinete eléctrico» de Sydney Pollack, remarca la muerte del romanticismo generado por los héroes del Viejo Oeste, demostrando su total anacronismo. En ese sentido resulta más duro que «800 balas», aunque también aquí hay un vaquero terminal que logra fascinar a un niño con sus actitudes y evocaciones legendarias.
Edward Norton encarna a ese desfasado cowboy de ciudad, que dice haber trabajado en un rancho, en una interpretación abocada a la locura y a la incomprensión. Su expresión es la de quien vive fura de la realidad, pero necesitado de afecto y personas afines que le sigan en su delirante aventura. En el camino topa con un sheriff moderno contra el que se tendrá que batir en duelo, pues ama a su hija y se la quiere llevar de regreso a las grandes praderas. El rol de su rival es asumido por un gigantesco David Morse, que acabará con los ficticios sueños de libertad del joven aprendiz de pistolero; en definitiva, vencido por su propias mentiras. Hay una aparición episódica de Bruce Dern, un actor que frecuentó el género con asiduidad y que aquí se limita a hacer de dueño de unos caballos. Las baladas del cantautor Peter Salett acompañan este viaje atemporal, al que la fotografía de Enrique Chediak da un aire irreal.