El beneficio de la Industria de la CAV aumentó un 236% entre 1994 y 2005
ELA analizó ayer el informe de Eustat sobre las «Cuentas Industriales» de las empresas de la CAV. Mikel Noval señaló que entre 1994 y 2005 los beneficios empresariales triplicaron a los costes de personal. En ese período de oro de la actividad económica, los empresarios han obtenido enormes ganancias, por lo que el secretario general adjunto de ELA, Adolfo Muñoz, tachó de «escandaloso» ese resultado, teniendo en cuenta «que el peso de los salarios se redujo».
Juanjo BASTERRA |
ELA constató con los datos de Eustat sobre las «Cuentas Industriales de 2005» que los salarios de los trabajadores «siguen perdiendo peso en el reparto de la riqueza», mientras que los beneficios empresariales «aumentan». El secretario general adjunto de ELA, Adolfo Muñoz, «Txiki», remarcó que esos datos evidencian «una realidad escandalosa» y «una grandísima injusticia». Julene Gabiola, del gabinete técnico, y Mikel Noval, responsable del área social, presentaron el análisis del estudio que demuestra que los empresarios han tenido «más de una década dorada», pero «no ha servido para una mejor distribución de la riqueza».
En 2005, las «Cuentas Industriales de la CAV» demuestran que el incremento de los beneficios brutos de las empresas industriales aumentaron un 17,3%, mientras que los costes de personal lo hicieron en un 3,4%. «Los empresarios lograron un beneficio cinco veces mayor que el coste salarial de los trabajadores», precisó Noval. Reconoció que en 1994 los costes salariales representaban el 21,9% de la producción industrial, sin embargo hasta el 2005 ha sufrido «una caída espectacular», hasta bajar al 16,2%.
«Recomposición del capital»
Por el contrario, los beneficios empresariales representaban el 5,5% de la facturación de las empresas en 1994 y llegaron al 8,3% durante el último año cerrado por Eustat. «Se ha producido una recomposición del capital, mientras que, por el otro lado, ha habido una pérdida escandalosa de las rentas salariales».
En ese período de doce años, los beneficios empresariales crecieron en conjunto un 235,9%, mientras que los salarios sólo aumentaron un 75,6%, es decir «tres veces menos que los beneficios de los empresarios, de media». Otro dato importante que Mikel Noval ofreció fue que «el coste laboral por persona ocupada en la industria creció en ese largo período en un 34,7%, pero el IPC lo hizo a un 36,9%, lo que significa una pérdida elevada y excesiva de poder adquisitivo».
El secretario general adjunto, Adolfo Muñoz, realizó una valoración de este desequilibrio tan fuerte que se está produciendo entre las rentas altas y las bajas. Llamó la atención del lehendakari Juan José Ibarretxe y del resto de grupos parlamentarios porque «parece que este tema no les preocupa. No se debate, se oculta. A Ibarretxe le tengo que decir que Euskadi no va bien para los trabajadores. Este grave problema no se encuentra ni en la agenda del gobierno ni en la oposición, lo que resulta lamentable». Censuró que los empresarios «cada vez tienen más poder» y adelantó que ELA impulsará medidas «para que los sindicatos seamos más efectivos dentro de la negociación colectiva para equilibrar ese desfase». A juicio de Muñoz, es necesario «que la gente sienta que somos un sindicato útil, para ello necesitamos luchar, porque estamos viendo que unos pocos se enriquecen a nuestra consta y nadie pone remedio».
Las Juntas Generales de Gipuzkoa aprobaron ayer la propuesta presentada por los grupos PSE y Aralar para la concesión de un salario social a quienes perciban rentas inferiores al salario mínimo interprofesional (SMI), de 570 euros, medida que beneficiará a unas 5.000 familias.
Con 25 votos a favor y 22 en contra, salió adelante la resolución que mejora el poder adquisitivo, pero que todavía queda muy lejos de la barrera del umbral de la pobreza, que se sitúa en 804 euros mensuales. Por otro lado, también se aprobó por mayoría la enmienda transaccional presentada por EA, PNV, EB y PSE para eximir del Impuesto sobre la Renta a la básica y las derivadas de ayudas de emergencia social. En cuanto a la prestación económica aprobada ayer, y cuyo plan de ejecución deberá presentar la Diputación en un plazo de seis meses, la juntera del PSE Susana García afirmó que tiene como objetivo que «nadie se quede fuera de la Gipuzkoa que progresa, porque tenemos recursos suficientes». Por su parte, la juntera de Aralar Rebeka Ubera recordó que en Gipuzkoa «hay mucha gente que vive en la pobreza y no son colectivos marginales, no necesitan socialización sino una renta digna para poder vivir».
A su juicio, el SMI «no garantiza vivir con dignidad», aunque «el primer objetivo debe ser acabar con las desigualdades». Por su parte, PNV y EA rechazaron la propuesta al considerar que «fomenta el desequilibrio entre los tres territorios», argumento que no sirve para incrementar los escasos recursos económicos de los más pobres, pero sí vale para el Impuesto de Sociedades.
