Para seguir con la tradición, lo más fácil es matar al mensajero
Natxo MATXIN
Patxi Izco se erigió ayer en el señor de la fortaleza de Tajonar para reprochar a sus vasallos plumillas que no habían sabido realizar correctamente su trabajo, en realidad «transmitir» lo que le hubiera gustado leer y oír en torno a la posibilidad de que él y su junta directiva cobraran a partir de ahora una compensación económica por la labor que vienen realizando.
Como en la época medieval, el «conde» rojillo optó por la vía más fácil y nada original: matar al mensajero. Nada de autocrítica ni por las formas -a ver quién se cree que la propuesta del presidente de la comisión económica fue por iniciativa propia sin más-, ni por el fondo de la cuestión -la filosofía del club y sus estatutos no lo permiten-, sumado a la contradición con respecto a lo dicho en campaña electoral y los importantes emolumentos -casi 300.000 euros- a repartir entre cinco junteros.
No será ni la primera -y uno lo dice por experiencia propia- ni la última en la que el máximo mandatario osasunista recurre al socorrido método de adjudicarle las culpas a la prensa, esa misma «canallesca» a la que, cuando las cosas van mal, se le hace un llamamiento a la unión con el equipo y la afición.