El anuncio de la retirada de Alli puede acelerar la unión CDN-UPN
Tras doce años asistiendo al declive paulatino de la formación que creó y que irrumpió con fuerza en 1995, Juan Cruz Alli no seguirá como líder de CDN. Según confirmó ayer, no aspirará a la reelección en el Congreso que se celebrará el próximo mes de marzo. La retirada paulatina de Alli quita de paso un obstáculo objetivo al proceso de acercamiento entre UPN y CDN, acelerado sin parar en los últimos años.
Ramón SOLA |
El ex presidente del Gobierno de Nafarroa y máximo dirigente de Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN) desde su fundación en 1995 dejará la dirección del partido el próximo mes de marzo. Juan Cruz Alli confirmó ayer en ``Diario de Navarra'' que ha decidido no presentarse a la reelección, argumentando la necesidad de proceder a un «relevo generacional».
El anuncio de Alli no sólo supone el primer capítulo del fin de la trayectoria política de uno de los principales dirigentes de la escena navarra, sino que puede acelerar el proceso de reunificación entre UPN y CDN. La escisión de la derecha navarra, hace doce años, estuvo motivada por los desencuentros de Alli, por entonces presidente del Gobierno bajo las siglas de UPN, con la cúpula del partido, en un proceso cargado de tensión que se plasmó incluso en cruces de insultos durante reuniones públicas, como la famosa asamblea del frontón Labrit. Casi nadie contemplaba, por tanto, que la reunificación entre ambas formaciones pudiera producirse con Alli aún al frente de CDN.
El acercamiento entre ambas formaciones, con los pactos en el Gobierno navarro como mayor exponente, ha sido constante en los últimos años. Pero en los últimos meses se han hecho especialmente intensos los guiños mutuos hacia fórmulas como una coalición. El propio Alli lanzó la idea en octubre de 2005 y con vistas a las elecciones navarras celebradas el pasado 27 de mayo. Planteó a UPN que las dos formaciones podían coaligarse si se producían determinadas condiciones, entre ellas la de que la izquierda abertzale estuviera presente en las urnas. La propuesta constituía en la práctica una oferta para construir un bloque que garantizase a la derecha la continuidad en el Gobierno navarro y de paso pusiese freno a un eventual proceso de resolución política que parecía viable entonces.
UPN recibió con cierto desdén aquella propuesta, que cayó en saco roto, sobre todo después de que Alli insinuara en una entrevista en Radio Euskadi que en una eventual coalición «habría gente que no votaría a Miguel Sanz, pero sí a Juan Cruz Alli». Sin embargo, después de constatarse las dificultades para retener el Gobierno navarro, Sanz ha retomado en diversas entrevistas la idea de la coalición.
La retirada de Alli introduce además otro factor que puede impulsar esa reunificación: supone dejar a CDN sin su alma máter y su gran cartel electoral. Alli continúa siendo uno de los políticos mejor valorados en las encuestas, muy por encima del peso actual de su partido. Convergencia de Democrátas de Navarra ha pasado de los diez escaños logrados en su espectacular irrupción en el Parlamento hace doce años a los dos actuales, y acaba de desaparecer del Ayuntamiento de Iruñea, cuya Alcaldía ostentó a través de Javier Chourraut hasta 1999. Tiene cerca de medio millar de afiliados.
Las elecciones estatales previstas para marzo, el mes en que Alli dejará la presidencia, pueden ser una primera oportunidad de ensayar la coalición, pero la fórmula podría posponerse ya que no cabe prever que una entente UPN-CDN sirva para sumar un tercer escaño de los cinco a repartirse.
Doce años de vuelta a casa
La reunificación de la derecha está muy engrasada por los pactos mantenidos en las últimas legislaturas tanto en el Gobierno navarro como en el Ayuntamiento de Iruñea, que de paso han permitido a CDN mantener ciertas cuotas de poder. De hecho, en esta legislatura tiene tantos parlamentarios como consejeros en el Ejecutivo: dos.
Este acercamiento paulatino se ha plasmado también de modo muy claro en las posiciones políticas del partido, que en sus inicios se postuló como un intento renovador. En el reciente proceso negociador, CDN se alineó con iniciativas tan polémicas como la manifestación que definió como intocable el actual estatus de Nafarroa, el pasado 17 de marzo, con presencia masiva de líderes del PP. Juan Cruz Alli llevó la pancarta junto a ellos.
En sus orígenes, en cambio, CDN no dudó en conformar un gobierno alternativo con PSN y EA (y apoyo externo de IU), mandando a UPN a la oposición. El derrumbe de aquel gobierno con la revelación de las cuentas suizas supuso un antes y un después en la trayectoria de Alli, que en muchas ocasiones ha expresado su desconfianza hacia el PSOE y ha preferido a UPN.
UPN hizo caso omiso a la oferta de coalición trasladada por Alli en octubre de 2005, pero Sanz ha recogido el guante después de estas elecciones, al constatar las dificultades para mantener el Gobierno.
CDN ha pasado de los 10 parlamentarios de 1995 a los 4 de la pasada legislatura y los 2 de ésta. Y ha desaparecido del Ayuntamiento de Iruñea, donde tuvo la Alcaldía hace ocho años.
CDNko presidente berria izendatzeko, inoren alde egiteko asmorik ez duela iragarri du Juan Cruz Allik; eta prozesuak liskarrik ez duela eragingo argi aurreikusten du. Jose Andres Burguete da oraingoz aukera handienak dituen hautagaia. Iruñeko Udalerako zerrendaburua izan da Burguete azkeneko hauteskundeetan, baina ez du bertan eserlekurik lortu; hala ere, aski ezaguna da bere jarduera: oraindik gaztea izan arren, legebiltzarkidea eta aurreko legealdian Miguel Sanz buru zuen koalizioko gobernuko kidea izan baita, Ingurugiro, Lurralde Antolaketa eta Etxebizitza arloko arduraduna, hain zuzen ere.
UPNrekin lankidetzan aritu da, beraz, Burguete. Hala ere, CDNkoek argi utzi nahi dute hurrengo biltzarra ez dutela alderdi horri begira egingo. «Birsortze» kutsua izango du bilkurak, aurreratu dutenez, hauteskundeetan gertatutako etengabeko gorabeherek hala agintzen dutela onartzen dute-eta. Nafarroaren «nortasuna» eta Konstituzioaren alde egitea lehenetsiko dutela agertu dute.
Allik duen erreferentzialtasuna ikusirik, baliteke presidente karguari eustea, baina hala izanez gero, kargua inolako botererik gabe utzi eta ohorezko kutsua emango liokete. Agintea idazkari nagusiak hartuko luke orduan.