Una de las muletillas que puede provocarme una subida de tensión arterial es cuando un entrevistador le dice al entrevistado, «te quiero preguntar». Pues, pregunte, oiga, pregunte, que está para eso alma de mermelada. La otra versión es «¿me deja que le pregunte?»» Claro, estoy aquí para eso. Pero también existe la pregunta como retórica, y una muestra olímpica la tuvimos en «¡Qué desperdicio!» otro programa de espíritu boy-scout de «Cuatro», en el que cada veinte segundos les preguntaba la conductora a una familia, «¿saben cuántos kilos de basura producen en un año?» Y así constantemente. No pregunte señora, diga, que no lo sabemos, que estamos esperando el dato.

Lo cierto es que dieron muchos datos y los visualizaron poniendo delante de la casa lo que ocupaban sus basuras no recicladas. Programa de concienciación sobre el gasto energético, lo que antes era ecología, y que ahora es una actitud cívica ante el planeta y especialmente una manera de ahorro de energía, o sea, de la factura que pagamos a esas empresas que deben proporcionarnos los servicios básicos.

Fueron a una casa en el campo, o dicho en los términos inmobiliarios actuales una casa unifamiliar. Viven seis individuos de la familia y tienen, comprobado, siete televisores. Lo repito, seis personas, siete aparatos, porque, obviamente, el electrodoméstico no es de uso individual ni de adscripción nominal, sino que cubre espacios, y hay un televisor allá donde puede existir un humano que le dé al mando a distancia. A tomar nota. Cuatro reproductores de discos, cargadores de teléfonos móviles a montones, etcétera. Se trata de una familia normal. Dentro de su escala social media-alta, sin pretensiones, sin hacer nada especial. Claro, no seleccionaban las basuras, tenían todos los electrodomésticos en espera, o sea con la luz roja gastando. Refrigeraban con aparatos viejos y en malas condiciones, y así todas esas cosas que hacemos por costumbre, mal. Dieron consejos e hicieron números. También los llevaron a una planta de reciclaje y mostraron el valor de lo que tiramos. Es un programa de servicio público con buen tono didáctico. Por favor, no preguntes, explícate.