Zapatero cita a Sanz el miércoles para remarcar el no a Ibarretxe
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el del navarro, Miguel Sanz, tras más de dos años sin hablar cara a cara, han pactado reunirse en La Moncloa el próximo miércoles, justo un día después de la visita de Juan José Ibarretxe. Zapatero tratará así de dar más fuerza al rechazo a sus planes que comunicará al lehendakari la víspera.
R.S. |
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, recibirá en dos días consecutivos, la próxima semana, a los dos máximos mandatarios de Gasteiz e Iruñea, Juan José Ibarretxe y Miguel Sanz. La práctica coincidencia de fechas no obedece a una casualidad ni a cuestiones de agenda, sino que tiene un evidente mensaje detrás, según anticipó la pasada semana el presidente navarro.
Preguntado en una comparecencia sobre si no le molestaba que su esperada reunión con Zapatero pudiera celebrarse después de la que éste había apalabrado con el lehendakari, Sanz afirmó que era justo al contrario: tanto él como el presidente español preferían que se celebrara después. «A lo mejor es positivo que yo vaya un día o dos días después, tres o cuatro, no lo sé», anticipó Sanz. Finalmente, será sólo uno.
La fecha de la reunión, por tanto, parece haber sido pactada por Zapatero y Sanz con el evidente objetivo político de dar más fuerza al rechazo del Ejecutivo del PSOE al proyecto que Juan José Ibarretxe llevará el martes al Palacio de La Moncloa, con la oferta de un pacto entre los gobiernos de Madrid y Lakua, que podría ser después aprobado por el Parlamento de Gasteiz y sometido al refrendo de la ciudadanía de la CAV.
El acuerdo entre Sanz y Zapatero en torno a esta fecha muestra hasta qué punto ha cambiado la estrategia del Gobierno español. Durante 2006, el inquilino de La Moncloa había concedido una posición de relación privilegiada al PNV, y en menor medida al lehendakari, mientras escatimaba los contactos con el PP y con UPN. Coincidiendo con la decisión del PSOE de cancelar la opción de un proceso de resolución del conflicto, Zapatero recurre a Miguel Sanz y marca distancias respecto a los planes de Ibarretxe.
Diecisiete meses sin reunión
Se da la circunstancia de que Zapatero no había recibido a Sanz en La Moncloa desde julio de 2005, aunque dirigentes del PSOE sostuvieron hace unos meses que durante el proceso de negociación sí se produjeron conversaciones discretas en algunos actos en los que ambos participaron, y en los que el presidente español habría tranquilizado al navarro sobre sus intenciones respecto a la demanda de territorialidad.
Durante esos meses, Sanz incidió en reclamar una reunión oficial con Zapatero, que no se mostró muy interesado. En este contexto, el dirigente navarro llegó a publicar una carta dirigida al líder español en la que ofrecía no ser candidato electoral de su partido si el PSOE garantizaba el «blindaje» del actual estatus políticos.
En una segunda fase, con el proceso de negociación público ya iniciado, ocurrió lo contrario: el presidente del Gobierno español ofreció hablar y fue el líder de UPN el que lo esquivó como modo de denuncia de la actitud del Ejecutivo. Este distanciamiento tuvo como punto culminante la manifestación del 17 de marzo pasado en Iruñea, promovida por el PP pero convocada por el Gobierno navarro bajo el lema «Navarra no es negociable».
Esto no ha sido óbice para que en el mes de agosto el PSOE renunciara a la opción de mandar a UPN a la oposición y le cediera el Gobierno navarro a cambio únicamente de una moderación de su discurso. En este paquete de recomposición de relaciones iba incluida la reunión oficial en Moncloa, cuya fecha no se ha acabado de fijar en los dos últimos meses y ha ido a ponerse finalmente un día después de la cita con el lehendakari.
En la anterior cita mantenida por ambos, Zapatero dio «garantías» a Sanz de que el marco estatuario en Nafarroa no iba a cambiar, que ha sido la reivindicación casi única del líder navarro en todas sus visitas a Madrid. En aquella ocasión, Miguel Sanz reclamó además a Zapatero que contemplara la opción de derogar la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución.
Ambos mandatarios no se reunían oficialmente en La Moncloa desde hace más de dos años, aunque sí ha habido conversaciones privadas en las que Zapatero ha tranquilizado a Sanz frente a la opción de un cambio de marco.
Ibarretxe acudirá a esta primera reunión con Zapatero tras hacer públicos sus planes con la mano absolutamente tendida, según resaltaron ayer tanto el portavoz del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, como el presidente jeltzale en Gipuzkoa, Joseba Egibar.
Urkullu apuntó en una entrevista a Radio Popular que no cabe hacer especulaciones sobre qué ocurrirá más allá de junio, cuando acabó lo que definió como «primer tiempo». El paso inicial es el del martes, cuando Ibarretxe, según subrayó, irá a Madrid «a ofrecer un acuerdo político para dar solución a un problema político». En esta línea, invitó a Zapatero a tener una actitud receptiva: «Si tiene voluntad, con quien tiene que ejercitar esta voluntad es con el lehendakari y las formaciones políticas».
El portavoz y presumible próximo presidente del EBB matizó que lo único que deberían pactar Ibarretxe y Zapatero sería un marco que luego «deje en manos de los partidos el debate para lo que tenga que ser el método y la solución en cuanto a los contenidos del acuerdo». El lehendakari lo ha presentado recientemente como un acuerdo similar al de Downing Street.
Por su parte, Joseba Egibar también trasladó a Zapatero, desde los micrófonos de Euskadi Irratia, que lo que Ibarretxe propondrá en Moncloa «no es una ruptura, sino un acuerdo». Se preguntó por tanto si Zapatero «estará a la altura y perspectiva política que requiere el momento y la situación. Porque lo que ha anunciado hasta ahora ha sido que `él también me va a oír, y a partir de ahí no va a haber nada'. Eso es un contestador automático, y a un político hay que pedirle algo más», dijo el presidente del GBB.