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Todos vestían de negro

«Un funeral de muerte»

Ha sido una de las sensaciones del reciente Zinemaldia donostiarra, por lo que hizo reír a todo el público, incluida una Liv Ullman que se deshizo en elogios para esta divertida comedia negra.

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M. INSAUSTI | DONOSTIA

El veterano Frank Oz vuelve a sus raíces inglesas, después de desarrollar una creativa actividad junto a su socio Jim Henson en trabajos de animación de marionetas, como el famoso show televisivo de «Los Teleñecos» o la magistral creación fantástica «Cristal oscuro». Para ese regreso ha contado con el ascendente guionista inglés Dean Craig, quien se inspiró en el accidentado funeral de su abuelo para escribir esta divertida comedia negra. Además, el rodaje ha tenido lugar en los míticos estudios Ealing, lo que sin duda ha tenido que servir de estímulo a la hora de tocar un género dado al apunte localista.

«Un funeral de muerte» se beneficia también de la profesionalidad de los repartos corales ingleses, más el refuerzo del pequeño gran actor norteamericano Peter Dinklage, revelado en la realización independiente «The Station Agent», de Tom McCarthy.

Peter Dinklage hace de elemento provocador y desencadenante del enredo argumental de «Un funeral de muerte», debido a que es el invitado que lo puede desestabilizar todo con tan sólo revelar el secreto mejor guardado del difunto, y que tiene que ver con su verdadera orientación sexual.

Este es un tema que aparecía ya en las comedias norteamericanas de Frank Oz, en especial en «In & Out», donde la revelación que Matt Dillon hacía al principio condicionaba todo el desarrollo posterior de la película. En esta ocasión el tratamiento es diferente, tal vez por esa fusión de elementos humorísticos norteamericanos e ingleses, pareciéndose más a lo que hizo Blake Edwards en «El guateque», al dejar que la situación se desmadrara hasta descontrolarse por completo.

En «Un funeral de muerte» cada uno de los personajes familiares está muy bien definido inicialmente, pero el curso de los acontecimientos hará que vayan perdiendo los papeles. Prueba de ello es el comportamiento del más estirado de los invitados, un joven abogado que aspira a casarse con la sobrina del patriarca recién fallecido y que acaba haciendo el ridículo al consumir unas drogas de diseño por error. Tampoco le va a la zaga el anciano de la reunión, interpretado por Peter Vaughan en una silla de ruedas y con el bastón siempre a mano para liarla. El resto confirma esa actitud tan repetida en los funerales de que la vida sigue, así que la mayoría se dedican a aprovechar el encuentro para resolver asuntos de futuro sin dar tiempo a que el cuerpo del finado se enfríe, con la complicación añadida de tener que enterrar los pecados inconfesables junto con el cadáver. Los comportamientos hipócritas salen a relucir, así como la ambición encubierta por el luto aparente.

Estreno

T. o.: «Death at a Funeral».

Dirección: Frank Oz.

Guión: Dean Craig.

Intérpretes: Matthew Macfayden, Rupert Graves, Peter Dinklage,

Peter Vaughan, Keeley Hawes,

Daisy Donovan, Alan Tudyk,

Ewen Bremner, Andy Nyman,

Kris Marshall, Jane Asher, Peter Egan.

País: Inglaterra-EE.UU., 2007.

Duración: 100 minutos.

Género: Comedia negra.

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